Rocío Flores ha mostrado una imagen en la que se puede ver su cuerpo horas después de haberse sometido a su liposucción. Una cruda instantánea en la que aparece con el cuerpo completamente cubierto en varias capas de plástico, colocadas por encima de la faja reductora, y con el pecho vendado. Además, la hija de Rocío Carrasco y Antonio David Flores ha explicado con todo lujo de detalles la operación y cómo está siendo el postoperatorio.
La que fuera concursante de 'Supervivientes' ha reconocido que lo está pasando bastante mal para recuperarse de su liposucción de alta definición, con la que ha moldeado y reafirmado sus curvas. A través de su perfil oficial de Instagram, la colaboradora de 'El Programa de Ana Rosa' ha explicado todos los detalles de esta intervención que tanto revuelo está ocasionando.
Ella, que hasta la fecha solo había mostrado su nueva figura con looks pensados al milímetro para no mostrar las secuelas de la intervención (que son abdomen inflamado y "en la zona de los flancos unos bultos" que irán desapareciendo con el paso del tiempo), ha compartido con su legión de seguidores una imagen de lo más impactante, justo después de su paso por quirófano.
Con los brazos abiertos en cruz, el cuerpo enfajado y cubierto de plásticos y el pecho vendado, Rocío Flores ha mostrado la realidad de su posoperatorio en una instantánea con la que no ha pretendido aderezar este proceso que a ella se le está haciendo demasiado cuesta arriba. Una espeluznante fotografía que refleja a la perfección la dureza de su testimonio. "No puedes hacer nada sola", ha comentado con honestidad.
Eso sí, a pesar de los dolores y de los cuidados a los que tiene que atender con suma delicadeza, la hija de Rocío Carrasco y Antonio David ha reconocido que se trata de una operación que merece mucho la pena. "Claro que duele, aunque yo pensaba que no. A la vez, lo pienso y, aunque lo he pasado muy mal, ya estoy superbien y me veo genial...Entonces, mereció la pena", ha señalado la que fuera concursante de 'Supervivientes', que también ha reconocido que tiene el umbral del dolor "muy bajo".
"Mi recuperación está siendo lenta", ha señalado la joven de 25 años, que actualmente vive enfundada en dos fajas tubulares (una para marcar cintura y otra para la cadera) y con una tabla de corcho pegada al cuerpo. "No me las puedo quitar", ha recordado Rocío, que ha reconocido que en este tiempo se ha tenido que bañar con ella puesta y luego secarse con el secador.
Pero esto no ha sido el único "suplicio" al que se ha enfrentado durante estas semanas. Entre otras cosas, como todavía no se puede sentar, Rocío Flores ha tenido que hacer sus necesidades de una forma un tanto curiosa. "Hago pis de pie", ha comentado la sobrina de Gloria Camila, que ha explicado que una de las fajas que lleva cuenta con un agujero estratégico para esta función.
Todo un "suplicio", ha declarado la colaboradora de 'El Programa de Ana Rosa' que, de momento, ya ha adelgazado cuatro kilos. Un cambio físico de lo más significativo que Rocío nota especialmente a la hora de vestirse. "Lo noto sobre todo en la ropa, la que estoy utilizando la llevo con la tabla de corcho y las dos fajas y me abrochan", ha celebrado la influencer.
Además, Rocío Flores también se ha animado a mostrar las cicatrices de su muslo (prácticamente imperceptibles). Aunque no son las únicas marcas que le han quedado en el cuerpo, la exconcursante de 'Supervivientes' (que también se ha sometido recientemente a una operación de aumento de pecho) está feliz con el resultado de las mismas.
Eso sí, la hija de Rocío Carrasco y Antonio David ha reconocido que no todo termina tras la liposucción. Ahora toca cuidar su imagen con ejercicio y una dieta saludable. "Tengo que empezar a hacer deporte para ir poco a poco endureciendo", ha puntualizado la televisiva, que ha acompañado su testimonio con una impactante foto en la que se ha dejado ver con el cuerpo completamente envuelto en plásticos y vendas.