Violeta Mangriñán ha sufrido un gran susto con su perra, Canela, que ha tenido que ser operada de urgencia tras presentar diarrea durante días. La exconcursante de 'Supervivientes' ha estado actualizándole a su legión de seguidores cómo evolucionada su Pomerania, a la que ya le han dado el alta, y ha aprovechado su enorme altavoz mediático para denunciar lo caras que son las intervenciones a las mascotas.
La intervención de la perra, a la que la extronista de 'Mujeres y Hombres y Viceversa' considera una hija más, consistía en extraerle del estómago "pequeños palitos de una rama con hojas y un hilo negro" que se le habían quedado atascados para que no terminasen provocándole una perforación en el intestino. En un primer momento, los veterinarios determinaron que era una gastroenteritis, pero tras repetirle las pruebas unos días después, descubrieron lo que realmente pasaba y comunicaron a Violeta la necesidad de operarla de urgencia.
"1.500 euros la factura del hospital de Canela, a tomar viento el Black Friday", ha lamentado ahora la influencer, señalando que ese gasto imprevisto le ha descuadro sus cuentas para gastar en las rebajas de esta semana. "Por suerte podemos hacer frente a este gasto, pero yo me pregunto: ¿las familias que llegan justas a final de mes qué posibilidades tienen en este caso?", añadía, señalando así que es consciente de su situación de privilegio y resaltando el esfuerzo económico que deben hacer muchas familias para que sus mascotas estén bien.
"Me parece una barbaridad... Aquí en Canarias lo que le han hecho a Cane no vale ni la mitad", le ha contestado una de sus seguidoras, un comentario ante el que la valenciana ha aprovechado para lamentar que no solo ha pagado a la clínica de Madrid donde tratan a su perra 1.500 euros, sino otros 200 más por haberla llevado el pasado domingo a urgencias cuando vio que había llenado su ático de diseño de deposiciones líquidas.
Con este comentario, Violeta ha resaltado lo mal que le ha sentado que los veterinarios no supieran ver en una primera consulta lo que le ocurría a su perra, prolongando su sufrimiento y el consiguiente riesgo para su salud, así como que eso se haya traducido en una factura a pagar aún mayor, pues ha tenido que desembolsarle a la clínica 1.700 euros en tan solo una semana. La parte positiva es que Canela ya ha recibido el alta y ha vuelto a casa con su familia.