Jessica Bueno y Jota Peleteiro fueron una de las pareja más estables y enamoradas del panorama rosa nacional. La ex miss y el futbolista comenzaron su romance hace diez años y tras casarse en 2015 conformaron un perfecto tándem hasta que todo saltó por los aires el pasado mes de noviembre. Nos subimos a la máquina del tiempo para revivir su historia de amor, infidelidad y guerra mediática.
Jessica Bueno y Jota Peleteiro iniciaron su historia común en las redes sociales. En 2013 la sevillana estaba recomponiéndose de su ruptura con Kiko Rivera y atendió a los 'likes' y comentarios que el entonces jugador del Eibar deslizaba en su perfil de Twitter. Después de que los programas de Telecinco diesen buena cuenta de su roneo público, Jessica y Jota (de José Ignacio) no tuvieron otra que confirmar la evidencia: estaban en los primeros compases de un romance.
Tras consolidar la relación, Jessica quiso formalizar su relación: se mudó a Inglaterra (Jota fichó por el Brentford F.C. de Londres) y se dieron el "sí quiero" en Marbella en el verano de 2015. El suyo fue un enlace íntimo y familiar en el que Jessica lució un vestido de corte romántico, de encaje, tul y larga cola que diseñó para ella su amigo Alejandro Postigo.
Muy enamorados, la pareja tuvo dos hijos muy deseados que se unieron al querubín que Jessica tuvo con el hijo de Isabel Pantoja y al que Jota crió como un segundo padre. Jota Junior nació en Bilbao poco después de la boda: vino al mundo en febrero de 2016. Cinco años después llegó Alejandro, que lo hizo en julio de 2021. Las estampas familiares del clan eran la viva estampa de unas eternas navidades.
Corría el año 2019 cuando la pareja se creía tan eterna que ambos quisieron marcar su amor con tinta en sus respectivos cuerpos. Jota sorprendió al mundo con un enorme tatuaje de que representaba la cara de Jessica en el pecho. La obra no fue del gusto de todos y suscitó opiniones diversas entre sus seguidores. Por su parte, Jessica marcó en su mano izquierda el nombre del futbolista.
Jota y Jessica se comportaban como una familia en octubre y para diciembre confirmaban su separación. "Tras un período de reflexión y dos meses de separación física, y con el fin de evitar malentendidos, queremos manifestar que hemos decidido formalizar nuestro divorcio de forma amistosa", escribió el futbolista en Instagram. El buen rollo duró bien poquito y pronto se desataría la tormenta entre ambos: insinuaciones mutuas de infidelidad, críticas descarnadas y, como no, el consiguiente borrado de los tatuajes que tan eternos parecían cuatro años antes.
Ni Jota ni Jessica tardaron mucho tiempo en recomponer sus maltrechos corazones. Tan solo unos meses después de anunciar la separación Jota reapareció completamente prendado de Miriam Gurutze, con quien salió durante seis meses en los que llegaron a comprometerse. Sin embargo aquello no salió bien y actualmente Jota sale con Ajla Etemovic, una supermodelo de raíces serbias. Por su parte, Jessica también rehízo su vida en tiempo record: en su camino apareció el empresario Pablo Marqués que cambió la vida de la modelo. Fue el propio Peleteiro o el que se apuntó la exclusiva colgando un "robado" de la pareja en la que atacaba al empresario llamándole "El Divildos" en referencia a la pasada relación de Marqués con la hija de Laura Valenzuela.