Susana Molina ha hablado del trastorno psicológico que padece y que le llega a condicionar en su día a día. La que fuera ganadora de 'Gran Hermano 14' sufre el síndrome del impostor, un problema mental que provoca que las personas no tengan una relación sana consigo mismos. La influencer murciana se ha sincerado sobre este cuadro psicológico que presenta unos síntomas concretos y que tiene tratamiento.
No todo es tan maravilloso ni sencillo como a veces aparentan las redes sociales. El perfil de Instagram de Susana Molina es uno de los favoritos de los pertenecientes al universo 2.0. Después de alcanzar la fama en 2013 con su paso por 'Gran Hermano' y su posterior participación, años más tarde, en la primera edición de 'La isla de las tentaciones' junto al que era su pareja, Gonzalo Montoya, la joven de 33 años decidió centrarse en su faceta como influencer.
Un rol para el que la it-girl se ha preparado, y mucho. Sus redes sociales no son como las de cualquier otra chica con seguidores. Susana Molina se curra con mucho mimo cada post, cada foto que publica, cada vídeo que comparte...un trabajo, a veces, desvalorizado, pero apreciable cada detalle que la convierte en una influencer única y de referencia en nuestro país. Su más de un millón de seguidores en Instagram, le avalan, pero ella a veces no termina de creerse el mérito que tiene al alcanzar este hito profesional.
Esta 'negación' responde al problema psicológico que padece, conocido como el síndrome del impostor o síndrome del fraude. Se trata de una condición mental que consigue bloquearla a la hora de seguir creando contenido para sus redes sociales y que le impide sentirse orgullosa de todo lo que ha conseguido a base de esfuerzo y mucho trabajo. A raíz del aluvión de comentarios que ha subido tras la publicación de un vídeo en sus redes, la ganadora de 'Gran Hermano 14' ha reflexionado sobre su trastorno.
"Gracias por los comentarios bonitos. Llevo unos días con el síndrome del impostor dando por saco. Además, llevaba meses con un proyecto que me hacía mucha ilusión y que he tenido que retrasar y cambiar casi entero porque han sacado un proyecto muy similar. Es frustrante, pero bueno...a seguir", se ha animado a sí misma la murciana, dando visibilidad a este problema psicológico que le afecta en su día a día.
Aunque reconoce que no se siente del todo cómoda hablando de este lado oculto de su personalidad, la it-girl es consciente de que verbalizarlo puede ayudar también a muchas personas que sufran de lo mismo. "Me da vergüenza que me veáis en modo 'negativona', me pasa mucho...pero, mira, esta soy yo", ha expresado la que fuera participante de 'La isla de las tentaciones' en su primera edición.
Tal y como apuntan desde 'De Salud', web especializada en psicología, se trata de un problema mental que incapacita al enfermo para reconocer sus propios logros o valía. Según explican, hace sentir "que nunca se está a la altura", llegando a provocar un "miedo permanente a ser descubierto como un mentiroso". A pesar de lo que hagan o consigan, los pacientes "están convencidos de que son un fraude" y que no merecen nada de lo que uno ha conseguido. Así, los éxitos alcanzados se sienten como "pura coincidencia".
Los principales síntomas o manifestaciones del síndrome del impostor pueden ir desde la incredulidad en las propias capacidades, pasando por la continua sensación de fracaso - a pesar de que se demuestre lo contrario-, hasta la insatisfacción permanente, la ansiedad, desesperanza, la tristeza o la depresión. Además, va relacionado con la incapacidad de disfrutar de lo logrado y va siempre de la mano de un "sentimiento de culpa por la creencia de estar engañando a los demás" sobre uno mismo.
Se trata de un trastorno psicológico que puede manifestarse tanto en el ámbito personal, como en lo profesional y académico, pero también en lo familiar y en lo social, a la hora de relacionarse con los demás. Desde la experiencia de este equipo de psicólogos, la recomendación para seguir un tratamiento contra este síndrome del impostor es acudir a psicoterapia, donde se tratará de encontrar el origen o la causa que ha desencadenado este cuadro psicológico.
Para ello, se puede recurrir a técnicas como el EMDR (estimulación de los hemisferios cerebrales mediante movimientos oculares, sonidos vibraciones o golpecitos), el brainspotting (se busca una determinada posición del ojo relacionada con la activación en una zona del cerebro que respecta a un recuerdo en forma de imagen, sensación o emoción), o el focusing (que consiste en prestar una atención más amable y sin juicios al cuerpo de uno mismo, escuchando sus necesidades en cada momento).