Marta Riumbau se somete a una nueva ecografía tras una mala experiencia: "Tengo ganas de llorar"

A principios de mayo, Marta Riumbau anunciaba emocionada que está esperando su primer bebé tras someterse a un proceso de vitrificación de óvulos. Desde entonces, la influencer se ha encargado de compartir con sus seguidores en las redes sociales los nuevos avances que se producen en su gestación y que ahora le han llevado a someterse a la ecografía de la semana veinte.

Marta Riumbau cuenta los nuevos avances en su embarazo

Ahora mismo estoy muy sensible y tengo ganas de llorar. Ya os explicaré pero la ecografía de la semana doce fue bastante mal por el trato”, ha comenzado explicando Marta a través de sus historias temporales, que después de la pésima experiencia ha optado por cambiar de sitio. Ahora, la sonografista a la que ha acudido le ha explicado todo paso por paso en un relato que posteriormente ha trasladado a sus seguidores, con quienes ha querido compartir cómo se encuentra su hija a día de hoy: “Todo está bien, Julieta está maravillosamente bien. De hecho, ha estado dándole patadas al ecógrafo todo el rato”, ha comenzado diciendo.

Del mismo modo, ha explicado el peso de la niña, así como la forma en la que su cuerpo se está formando: “Pesa 365 gramos y está el corazón bien, todas las partes están perfectas así que super contenta”, ha afirmado.

Sin embargo, el proceso se encuentra en un momento clave en lo que al desarrollo del cerebro se refiere, razón por la que deberá incluir ciertos alimentos en su dieta, entre los que ha señalado el consumo de pescado, leche y queso pasteurizado de entre dos a tres veces por semana.

La influencer ha querido mostrar tranquilidad a las que están en su misma situación

La influencer se ha mostrado “más tranquila y feliz” ya que “desde hace una semana la nota todos los días y se mueve incluso cuando camina”. Sin embargo, no siempre fue así, algo que ha querido normalizar y dejar claro a una de sus seguidoras que se encuentra en la misma situación: “En la semana 12-13 me encontraba mucho mejor, sin síntomas, y como aun no se nota nada no paras de pensar si estará bien. Dame una náusea o algo para decirme que está todo okey. Empecé a notarla en la semana 18 y en la 19-20 ya todos los días podía ver pataditas diminutas”, ha explicado sobre la que ahora define como “la sensación más increíble del mundo”.