"Las guerreras de Santa Bárbara", es el nombre con el que han bautizado el equipo de tiro con arco compuesto por mujeres que han sufrido o que están en tratamiento de cáncer de mama.
Cada semana se reúnen por las tardes en el patio del Colegio Rabassa de Alicante y practican un deporte que se ha convertido en una terapia física y emocional para estas mujeres.
La iniciativa surgió de la mano de Begoña y su marido Miguel, juez y practicante de esta disciplina, tras conocer el proyecto "Arco y Salud" de la Federación Española de Tiro con Arco y el Hospital Infanta Leonor que realizaron un estudio sobre los beneficios de este deporte para las mujeres con este tipo de cáncer. "Yo fui diagnosticada en 2017 y tras el tratamiento tenía una gran debilidad en el brazo más cercano al pecho operado y en el hombro. Tenía la licencia de tiro con arco y tras conocer el estudio me puse a practicar", explica Begoña Bueno.
Los beneficios comenzó a notarlos a las pocas semanas. "Al abrir el arco y soltar la cuerda se nota una vibración que te pasa por el brazo afectado y te hace un ligero masaje que mejora la circulación linfática, disminuyendo el dolor", asegura Begoña.
Una experiencia que decidieron trasladar a la Asociación Provincial de Alicante de Mujeres Afectadas por Cáncer de Mamá (APAMM). La propuesta fue recibida con entusiamo y ocho mujeres realizaron el curso y se sacaron la licencia para comenzar a competir. Ahora ya cuentan con dos grupos, con un total de 17 mujeres y una lista de espera con candidatas que quieren formar parte del club. "El proyecto está siendo un éxito, pero necesitamos ayuda para seguir creciendo y ayudar a más mujeres. Ahora entrenamos en el patio del Colegio Rabassa de Alicante, a los que estamos muy agradecidos por su apoyo, pero necesitamos un espacio habilitado para esta práctica", reclama emocionado Miguel Martí.
Juana fue diagnosticada hace 10 años y conoció la iniciativa en una visita que el club realizó en el colegio donde trabaja. La idea le entusiasmo y fue una de las primeras arqueras. "Cuando estoy con el arco soy feliz, conecto con mis compañeras y me olvido de la enfermedad, además de los beneficios físicos que me aporta", cuenta.
Cela es otra de las veteranas. Como miembro de APAMM conoció la iniciativa y se unió a este proyecto pionero en la Comunidad Valenciana. "Al estar con tus compañeras te das cuenta de que lo que estás pasando lo pasan otras mujeres y con sus testimonios te vas fortaleciendo", asegura esta mujer, que afirma que "crea adicción, cuando tiras una flecha, quieres tirar más".
El grito de guerra de estas mujeres, "Únete a la lucha", refleja una de sus demandas, la necesidad de inversiones para continuar con la investigación para mejorar los tratamientos. "Esto es importante por las que lo pasaron y lo consiguieron y por las que lo están pasando y las que lo van a sufrir", explica Cristina García.
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