El incendio en un edificio de Valencia se ha cobrado la vida de 10 personas. Estas 10 historias tuvieron un trágico final el pasado jueves cuando las llamas devoraron en apenas minutos el edificio del barrio valenciano de Campanar.
Pilar Bernabé García, delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, ha confirmado este domingo que "en una primera inspección ocular la policía científica ha determinado 10 cuerpos, 10 víctimas mortales, que coinciden con las 10 personas que tenemos como ilocalizables".
Mientras avanza la investigación del incendio de Valencia, todo el apoyo tiene que estar con las familias de las 10 víctimas mortales. Realizadas las autopsias, se han podido hacer 3 identificaciones y para acelerar el resto, han llegado especialistas de refuerzo, desde Madrid, al Instituto Anatómico Forense de Valencia. Se sabe que en principio todos fallecieron por inhalación de humo. El objetivo es que los cuerpos puedan ser entregados a sus familias cuanto antes.
Estas son algunas de las historias detrás de estos diez fallecidos en la tragedia, según recoge Levante-EMV.
Unas de las historias de las víctimas que más se ha compartido durante estos días es el caso de Ramón y Marta, un matrimonio, y sus dos hijos, un niño de dos años y una bebé de ocho días. Sus cuerpos fueron hallados en el cuarto de baño de su vivienda, en el bloque anexo al que se declaró el fuego.
Una amiga de la familia, que se despidió de ellos por teléfono, explicaba que los bomberos les indicaron que “permanecieran dentro y pusieran trapos mojados bajo la puerta porque no había peligro y era más seguro quedarse dentro de casa”. Un protocolo habitual en los incendios y que los bomberos han defendido: "las viviendas son el lugar más seguro si el edificio garantiza las condiciones de sectorización mientras nosotros podemos extinguir el incendio".
Carmen es otro de los rostros de la tragedia del incendio de Valencia. Esta mujer de 67 años era empleada de banca y residía sola en su casa de tres habitaciones en el noveno piso del edificio.
Carmen fue vicepresidenta de la comunidad de propietarios del edificio ahora calcinado y sus vecinos la recuerdan como una "mujer muy educada, muy amable y muy elegante".
Esther tampoco pudo escapar del voraz incendio. Esta mujer, nacida en Alzira, se había instalado hace unos dos años en el ahora calcinado edificio.
Esta mujer de 35 años también tuvo la oportunidad de comunicarse con sus seres queridos para contarles lo que estaba ocurriendo. Esther se comunicó con su madre y con su pareja, a quienes advirtió de que tenía serias dificultades para poder salir del edificio. Poco después, sus familiares dejaron de tener noticias de ella.
Pilar, una profesora de Filosofía en el IES Malilla, es otra de las víctimas del trágico incendio. Esta profesora vivía en uno de los áticos del edificio siniestrado.
Pilar se iba a jubilar pronto tras más de una década trabajando en el IES Malilla, y sus allegados la recuerdan como una mujer "con una personalidad destacable, activa y jovial".
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