Leticia Iglesias se ha trasladado hasta Valencia para contarnos desde allí lo último sobre la enorme tragedia que ha costado 10 vidas y ha dejado a más de 100 familias de Valencia sin nada. Las víctimas de esta terrible tragedia se han quedado sin casa, en muchos casos sin sus mascotas, solo con lo puesto al tener que huir de las llamas.
La mayoría de esas familias están realojadas en un hotel de Valencia. Allí siguen las muestras de solidaridad, de apoyo material y psicológico. Pasear por el barrio del Campanar es pasear por un barrio impactado. Impresiona ver los restos del edificio, muchos curiosos continúan acercándose y admiran la rápida organización del apoyo. Cristina Hernández es psicóloga voluntaria, gerente de una agrupación solidaria del barrio que ahora ayuda a todos los afectados. En su conversación con Leticia Iglesias, Cristina Hernández ha desvelado que, gracias a la ayuda de los ciudadanos, los afectados por este incendio están recibiendo objetos como ropa, material escolar o juguetes para los más pequeños.
Las personas que han pedido su vivienda en el devastador incendio tendrán que pasar un duelo duro y doloroso, pues la pérdida de la vivienda, en esta parte del mundo, se asemeja a perder a un familiar. Así lo ha asegurado a EFE la portavoz de Psicólogos Sin Fronteras Alicante, Teresa Marín, quien ha explicado que tras un hecho traumático como el ocurrido en el barrio valenciano de Campanar, lo normal es que durante las primeras horas los afectados estén en shock y no sean conscientes de lo que ha ocurrido.
Tras ese primer momento de shock, los afectados tendrán que asumir lo ocurrido, y será entonces cuando habrán de pasar el duelo de haber perdido su casa y todas sus pertenencias, algo especialmente complicado en sociedades como la nuestra.
"En esta parte del mundo, se invierte tanto dinero y esfuerzo en la vivienda y te identificas tanto con ella, que perderla es como perder una parte esencial de ti", afirma Marín, quien apunta que esto ocurre también aunque la casa sea de alquiler, pues somos sociedades que tendemos a acumular muchos recuerdos en nuestros hogares.
Esta psicóloga destaca que todas aquellas personas que han presenciado estos momentos agónicos en directo o desde la calle, de una forma u otra van a desarrollar un estrés postraumático porque ha sido una situación "muy traumática y muy dura".
En este sentido, recomienda no entrar en el bucle de hablar sobre lo que ha ocurrido y, menos, sobre lo que podría haber ocurrido, y ser consciente de que, a pesar de la desgracia, se tiene la suerte de seguir con vida, porque cuando salvas la vida, lo demás es secundario.
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