Sara y Amar, la pareja rescatada en el incendio de Valencia: "No queríamos morir quemados"

"La situación, emocionalmente, fue muy fuerte y cargante para nosotros. No queríamos morir quemados". Son las palabras de Sara y Amar, que se convirtieron durante unas horas en la imagen de la angustia del incendio de Valencia.

De balcón en balcón, asesorados por los bomberos, intentaban huir de las llamas con la esperanza de que los héroes del casco encontraran el modo de rescatarlos. Fueron horas en los que millones de españoles pudieron ver en directo el drama del fuego, que consumía un edificio de 138 pisos en un tiempo récord, y los veía a ellos, intentando sobrevivir.

«La actuación de los bomberos fue increíble. Arriesgaron sus vidas para salvarnos»

Ese deseo el de sobrevivir es el que destaca Sara junto con el increíble trabajo arriesgando sus vidas de los bomberos. "Fueron increíbles, gracias a ellos estamos aquí", reconocen esta pareja de alquilados que ha vuelto a nacer de nuevo. Al final, los bomberos lograron rescatarlos entre aplausos y vítores de vecinos, y espectadores que vieron su agonía en directo y en sus casas.

"Estamos vivos. Eso es lo que importa", han recordado emocionados tras relatar cómo los bomberos les iban indicando que tuvieran cuidado de que nada les cayera encima. Seguir sus instrucciones fue vital para salvar la vida. "Nos iban diciendo que estaban intentando apagar el fuego tanto arriba como abajo de la terraza. Insistían en que tuviéramos cuidado de que nada nos cayera encima".

Sara, de Portugal, y Amar, de Bélgica, llevaban algo más de un año viviendo de alquiler en el inmueble. Concretamente un año y dos meses. "Por nuestros trabajos, podríamos haber vivido en cualquier lugar del mundo pero elegimos Valencia para vivir por su calidad de vida, no esperábamos que nos pudiera pasar algo así", han confesado ante los medios. "Estamos felices por estar vivos". 

Así fue el rescate: el agua, clave

El milagro del rescate de Amar y Sara fue resultado del complicadísimo trabajo de los bomberos. Parecía que estaban cerca, tanto como para rescatarles pero no era así. Los soportales no permitían que los vehículos de altura se acercaran. La pareja estaba rodeada de llamas y humo, letales porque allí arriba podría haber entre 600 o 700 grados, mientras las flamas subían. El humo, a esas temperaturas, quema. Por ello, la vida de Sara y Amar dependía del agua.

De hecho, los bomberos no dudaron en echarles agua encima. Un segundo bombero, una segunda autoescala fue decisiva para proteger al vehículo de altura y a ellos. Con la manivela del toldo lograron romper la barandilla. Lo hicieron bien y lograron una huida al límite

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