El Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Zapadores (Valencia) comunicó el pasado jueves a G. L. la aceleración de su expulsión a Bolivia, su país de origen, prevista para este vienes a las 23:35 horas, desde el aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid – Barajas.
El hombre, de 68 años, padece dos enfermedades crónicas, el VIH, que le diagnosticaron en el año 2009, y la enfermedad de Chagas (parasitaria, sistémica y crónica).
El cambio de fecha ha sido una sorpresa para G.L., ya que el CIE le comunicó hace unos días que su expulsión sería el 4 de diciembre. Desde la campaña CIEs No, su portavoz Claudia Parreño, denuncia que “será responsabilidad del Ministerio de Interior lo que le pase a G. L. si vuelve a Bolivia” porque pertenece a un pueblo rural y no saben “en qué condiciones estaría”.
Este jueves, G. L. recibió la visita de Alberto Ibáñez Mezquita, miembro del Congreso de los Diputados de España, e Isaura Navarro Casillas, diputada de las Cortes Valencianas, para conocer cuál es la situación en la que se encuentra. Parreño, que acompañó a los diputados en la visita, señala que ha sido trasladado dos veces al hospital en Valencia “porque está ansioso, nervioso”.
G. L. está de residente en España casi veinte años, de los cuales gran parte han sido de forma regular y sin antecedentes penales. Sin embargo, en el momento de renovar el permiso de trabajo y residencia, “no pudo hacerlo porque no cumplía algunos requisitos de la Ley de Extranjería”, según comenta la portavoz de la campaña CIEs No. Es por eso que fue trasladado por la policía al Centro de Internamiento de Extranjeros de Zapadores (Valencia) el pasado 25 de octubre de 2023, tras cerrar el centro de Madrid.
Durante su estancia en Madrid, sus enfermedades estaban controladas por el Hospital Ramón y Cajal, pero una vez en Valencia el tratamiento se apartó: “La medicación que necesita tienen que pedirla a la OMS”, aclara Parreño. Con ello, la campaña CIEs No publicó un informe realizado por un médico de familia del Colegio Oficial de Médicos de Valencia en el que denunciaron que “el CIE de Zapadores no es el lugar adecuado para internar a una persona de 68 años” y que la solución más adecuada es “ponerlo inmediatamente en libertad”.
Los activistas aseguran que es necesario que G. L. continúe con su tratamiento porque podría producirle “daños irreparables”. No obstante, desde el centro, en contraposición con las declaraciones de CIEs No y a pesar de no poder dar información detallada sobre el de Bolivia, insisten en que “todos los internos cuentan con asistencia médica”. G. L. estaba en tratamiento desde hace catorce años, perdiendo así varias consultas, por lo que en la plataforma preocupa su estado de salud.
De esta manera, Claudia Parreño denuncia que "es importante que no se produzca su marcha a Bolivia" porque se trata de un hombre de tercera edad y “su familia está en Madrid y en su país de origen estaría solo”, por lo que piden su libertad por seguridad y para no poner en riesgo su salud.