No todos soportamos el dolor de la misma forma ni éste nos afecta por igual cuando ataca a las distintas zonas de nuestro cuerpo, pero lo que sí está claro es que existen ejemplos claros de dolor extremo asociados a ciertas áreas corporales, enfermedades, síntomas, accidentes... que son universalmente reconocidos, y por algo será.
Algo similar ocurre en el mundo del tatuaje: aunque cada cuál puede ser más sensible en determinadas zonas, existe un consenso bastante amplio sobre cuáles son las zonas del cuerpo en las que más duele tatuarse. Toma nota de ellas si estás pensando dar el paso y necesitas mentalizarte.
El punto de partida es que no hay reglas universales, sobre todo porque no todos toleramos el dolor de la misma manera. Es posible que alguien te alerte sobre lo mucho que duele hacerse un piercing y lo mucho que se puede inflamar la zona, y que en tu caso el dolor sea muy tolerable y no sufras síntomas similares. Y es que, además de tu propio umbral del dolor, hay que tener en cuenta que cada uno de nuestros organismos puede responder de distinta forma ante la misma circunstancia.
Esto se aplica a la sensibilidad de las distintas zonas de nuestro cuerpo aunque, si bien no hay reglas fijas, sí existen determinadas zonas de la piel que 'duelen más' cuando las exponemos a un daño directo, como puede ser el hecho de tatuarse. Al fin y al cabo, al hacerlo estamos hiriendo la piel con una aguja.
Además, factores como la edad pueden influir: la piel joven suele ser, en general, más firme, y soporta mejor el tatuaje que una piel más madura, pero el envejecimiento de la piel tendrá que ver con hasta qué punto la cuides e hidrates. Tampoco hay que olvidar que determinadas pieles son, por su propia naturaleza, más sensibles que otras.
Si nos centramos en las zonas del cuerpo que más duelen al tatuarnos, en general aquellas áreas en las que hay contacto cercano con huesos suelen ser las que más se resienten. Por ejemplo, la zona de las costillas, en la que la piel es fina y el hueso se encuentra muy cerca. Lo mismo se aplica a codos o rodillas, así como a los dedos, tanto de las manos como de los pies.
Por el contrario, las zonas en las que menos duele tatuarse son aquellas en las que predomina el músculo o la grasa. Por ejemplo, piernas o glúteos.
Esto es así porque la presencia de nervios es más escasa en estas áreas y, por tanto, las señales de dolor que se envían al cerebro disminuirán. Pero también hay que tener en cuenta factores como el tamaño del tatuaje: cuanto más grande sea, más probabilidad de experimentar dolor existirá.
Con todo, existen excepciones. Por ejemplo, la zona del hombro duele poco en general, y lo mismo se aplica a los gemelos que, en principio, por ser una zona musculosa, no deberían doler tanto. También se dice que la zona de la espalda es muy dolorosa, a pesar de su musculatura. Este dolor será especialmente fuerte si tatúas la zona de la columna vertebral.
Si quieres un tatuaje sin dolor, la parte alta del brazo es una buena zona, aunque la cara interior sí puede doler. Descarta la cara y el pecho, ya que son zonas con mucha sensibilidad. La axila, por su parte, es un área de dolor insoportable. Lo mismo se aplica a los pies: no solo se trata de una zona sensible, sino que existen muchos pequeños huesos a flor de piel que aumentarán la sensación de dolor.