Nadie se quiere quedar parado mientras su pueblo arde. Los vecinos se han organizado y ofrecen lo que está en su mano.
Ellos ayudan haciendo bocadillos y surtiendo de bebidas a los que están en el cuerpo a cuerpo contra el fuego. Todo esto fundamental la hidratación en un día como hoy y en un ambiente que muchos de ellos califican como "un infierno".
En ese infierno trabajan también mossos como Sergi, que nunca había participado en una situación como esta. Él señala la tristeza que genera ver todo el bosque quemado, y que además, dentro de un incendio los 40 grados que nos están haciendo sudar se consideran "fresco".
Hoy Sergi ha acercado a los ganaderos a alimentar con seguridad a los animales que se han salvado. No les dejan acercarse solos porque todavía es muy peligroso acercarse al perímetro, aunque ellos lo siguen intentando.
Los ganaderos quieren aportar su maquinaria, les duele ver que su tierra arde por tercer día consecutivo. Muchos de ellos se encuentran muy afectados, ya que han perdido masías y fincas.
Aun así, quieren seguir participando en las tareas de extinción, aunque no les dejan debido a la peligrosidad que existe.