La lava del volcán de Cumbre Vieja, en la isla de La Palma, ha llegado al océano y el rápido enfriamiento de los materiales en contacto con el agua está produciendo una intensa humareda de vapor y gases tóxicos. Por eso, los vecinos de varios barrios cercanos a la zona han sido confinados en sus casas, donde están encerrados desde ayer por la noche.
Cuatro barrios de Tazacorte siguen confinados, los más cercanos a los acantilados por los que está precipitándose la colada de lava al mar. Los vecinos han sellado con paños húmedos puertas y ventanas. Uno de esos vecinos, Álvaro de San Borondón, durante una entrevista en el Informativo Matinal, ha narrado ante las cámaras cómo han vivido la noche: "con miedo, con mucho miedo y mucha preocupación e incertidumbre."
"Yo de pequeñito, con nueve años, viví algo parecido, pero no era tan grande como esto", añade Álvaro, refiriéndose a la erupción del Teneguía producida en el año 1971. "No pensé jamás en la vida, con 59 años que tengo, tener este infierno".
Álvaro vivió en directo, desde su casa, la llegada de la colada de lava al mar: "Fue muy impresionante, en mi vida había visto eso". Además, ayer Álvaro supo que su medio de vida, una fina agrícola cercana a a Los Llanos, quedaba sepultada por la colada de lava. "Un amigo que me envió un vídeo desde Los Llanos me contó que lo había perdido todo. Era una finca heredada de mis padres que yo tenía mucho cariño y que era mi forma de vida. Y me quedé sin nada."
Álvaro se debate entre el miedo y la incertidumbre ante un futuro nada alentador: "Esto para mi es una ruina total. No sé si lo superaré", añade y espera que las soluciones en forma de ayudas lleguen cuanto antes: "Yo espero que haya soluciones rápidas y que el Gobierno no nos olvide. Porque esto es una situación muy crítica, esto no se puede desear a nadie, lo que hemos pasado".
La colada de lava del volcán en La Palma ha alcanzado el mar produciendo columnas de humo y formando una delta de lava en el entorno de la playa de Los Guirres y un acantilado próximo.
La principal preocupación ahora son los gases tóxicos producidos por el contacto de la lava con el agua del océano. Se trata de una nube de vapor tóxico formada por ácido clorhídrico y cristales del volcán, que se origina por la gran diferencia de temperatura entre la lengua de fuego, de más de 1.000 grados, y el agua del océano, en torno a 20 grados. En contacto con el agua, el SO2 que hay encerrado en los materiales de la colada de lava se convierte en ácido sulfuroso (componente de la lluvia ácida que también se desprende a la atmósfera.
Los riesgos de la nube tóxica son irritación de la piel, los ojos y el tracto respiratorio. Las personas con enfermedades respiratorias si pueden tener dificultades para respirar.