La lava del volcán de La Palma ha llegado al mar esta noche, después de 10 días de erupción. Este es uno de los momentos más temidos por los expertos, ya que la nube tóxica que genera la colada de lava es muy peligrosa. ¿Qué gases tóxicos provoca la llegada al mar de la lava?
La nube tóxica se ha formado nada más entrar en contacto la lava con el agua. Es una nube de vapor tóxico formada por de ácido clorhídrico y cristales del volcán debido a la diferencia de temperatura entre la lengua de fuego – a más de 1.000 grados- y el agua del océano –a 20 grados-.
El Instituto Nacinal de Toxicología y Ciencias Forenses (INTCF), a trevñes de su Servicio de Información Toxicológica (SIT) informa que es propio de las erupciones volcánicas activas la emisión de partículas de ceniza y diversos gases tóxicos a la atmósfera, así como metales. Entre los elementos tóxicos emitidos se encuentran, principalmente, el dióxido de azufre, dióxido de carbono, ácido clorhídrico, mercurio, bromo o arsénico, entre otros.
En el caso del dióxido de azufre (SO2), se trata de un gas incoloro, fuertemente irritante y con un olor característico. En concentraciones por encima de 10 ppm (partes por millón), puede generar ciertos efectos tóxicos provocando irritación de la mucosa ocular, nasal, faríngea y laríngea, así como tos, espasmo y broncoconstricción del tracto respiratorio. Si se alcanzan exposiciones agudas de 150 ppm, ya se consideran amenazantes para la vida.
En contacto con el agua, el SO2 se convierte preferentemente en ácido sulfuroso (componente de la lluvia ácida) que también se desprende a la atmósfera.
Aunque la nube tóxica generada por el contacto de la lava del volcán de La Palma con el mar es muy peligrosa para la salud no es igual que la nube que se genera en el cono de Cumbre Vieja. No se trata de una columna o penacho volcánico tan energético como el que tiene lugar en el cono volcánico donde se está produciendo un jet de gases volcánicos ácidos que se inyectan a la atmósfera con tanta energía que llegan a alcanzar los 5 km de altura.
Las columnas de vapor generadas por el encuentro entre la lava y el mar son menos energéticas, explica desde INVOLCAN. El régimen de vientos en la zona costera contribuye a la dispersión de estas columnas y aunque hay peligro para la salud es en una zona muy delimitada. Las autoridades, que vigilan continuamente la calidad del aire en esta zona de la costa de Tazacorte, han establecido un perímetro de tres kilómetros.
Los riesgos de la nube tóxica son irritación de la piel, los ojos y el tracto respiratorio. Las personas con enfermedades respiratorias si pueden tener dificultades para respirar. Por eso, se recomienda no acercarse a la zona.