El paro y el coronavirus en el barrio madrileño de Vallecas han llevado a muchos de sus vecinos a una situación desesperada pero, desde que empezó la crisis sanitaria, la solidaridad. El convento de las Siervas de Jesús de la Caridad, bien conocido entre los más necesitados del barrio, da de comer cada día a más de 500 personas.
Es la imagen de la desesperación, la de una cola interminable, infinita, que se alarga y que continúa por todo el barrio de Vallecas. Una cola que se repite últimamente con frecuencia y que tiene historias, que tiene rostro de mayores y también de jóvenes.
Micrófono en mano Sor Miriam se encarga de organizar la fila. Ella y otras cinco hermanas, junto a unos pocos voluntarios, preparan al día más de 500 bocadillos en su convento. Más de doble de lo normal, según nos cuenta una de las religiosas.
Comidas que después reparten y que llenan la mochila y el estómago de estos vecinos del distrito más vulnerable de Madrid, azotado por el paro, por el coronavirus y ahora también por el hambre.
También en Puente de Vallecas más de 1.500 vecinos están organizados en Somos Tribu. La extensión del distrito, el cuarto más poblado de la capital con más de 230.000 personas, ha hecho que se organicen por barrios y también por temáticas.
En Somos Tribu hay asociaciones de vecinos, parroquias y ciudadanos que nunca se habían organizado antes. "No hay nada oficial, son grupos gestionados por gente. Como un 15M, igual, mucha gente que no tiene experiencia queriendo hacer algo", cuenta Iñaki, uno de los voluntarios.
En todo el distrito han abierto ya cuatro despensas solidarias: en San Diego, la última en abrir sus puertas, Palomeras, Doña Carlota y Nueva Numancia.
La despensa de Palomeras está en el local de la asociación vecinal del barrio, de la que forma parte Isidro. Muchas familias esperan a cobrar el ERTE y ya "se han gastado los ahorros", señala.
Los alimentos se compran con donaciones de los vecinos, tanto económicas como de cajas colocadas en supermercados. También han recibido ayuda de empresas, por ejemplo 300 kilos en pescado que les llegó de Galicia.
Además, han creado bonos de ayuda en el mercado. "El vecino aporta dinero y el comerciante nos lo da en productos en su tienda", explica Isidro sobre una fórmula que persigue la supervivencia del pequeño comercio.
Los voluntarios que colaboran en las redes vecinales se mueven por el barrio con autorizaciones de esta asociación.
Como ocurre en Centro, Isidro subraya que no tienen voluntad de convertirse en los servicios sociales y pide que el Ayuntamiento dé un paso al frente.
"Mientras seamos necesarios haremos lo que sea posible", concluye, recogiendo un espíritu común al resto de redes vecinales de Madrid, que también hacen recados, pasean a perros, dan asesoría laboral o han iniciado recogida y entrega de ordenadores para conectar a los más vulnerables.
La subdirectora de Intervención Social de Cruz Roja, Olga Díaz, ha asegurado esta mañana en Radio Nacional que la crisis del coronavirus ha hecho que las peticiones de ayudas de primera necesidad se hayan multiplicado por cinco en las últimas semanas. "Estamos ayudando a más de 1.250.000 personas", ha dicho Díaz. Se trata, sobre todo, de ayudas para la alimentación, la higiene y la compra de medicamentos. Además, ha afirmado que esta cifra se va incrementando especialmente en Madrid, Andalucía, Comunidad Valenciana y Cataluña.