El tiempo quedó detenido el 14 marzo, el día que todo cambió. Llegaron el estado de alarma el confinamiento y la vida quedó congelada. 52 días después, un equipo de Informativos Telecinco ha recorrido algunas calles de nuestras ciudades y ha captado imágenes sorprendentes, retazos de cómo era la vida antes de la pandemia.
Escaparates invernales, llenos de abrigos y bufandas, a los que aún no ha llegado la primavera; agencias de viajes con aviones y cruceros que jamás partieron; obras de teatro, películas o conciertos con fechas que nunca disfrutamos; negocios que pusieron el cartel de "vuelvo en diez minutos", pero nadie volvió a abrirlos... Nos encerramos con la esperanza de volver pronto, pero ni nos enteramos de marzo, nos robaron abril y se nos echó encima mayo.
Es imposible retroceder el reloj aunque sí recuperar tantas ilusiones pendientes, porque aún es posible salvar el verano. Empiezan a subir persianas y abrir puertas comercios pequeños en el comienzo de la fase cero. Algún taller, arreglos de ropa, electrodomésticos, ferreterías, ópticas. Aprendiendo a abrir, eso sí, con muchas dudas, e incertidumbre en sus negocios.
Llegan los clientes con todas las precauciones. Con ganas de comprar sin una pantalla de ordenador delante. Locales muy específicos, de croquetas, o un centro de tatuajes ya con encargos sorprendentes. Nueva forma de abrir, de vender y de comprar después de 50 días cerrados por la pandemia del coronavirus que empieza a ceder, al menos en contagios.