Empiezan a subir persianas y abrir puertas comercios pequeños en el comienzo de la fase cero. Algún taller, arreglos de ropa, electrodomésticos, ferreterías, ópticas. Aprendiendo a abrir, eso sí, con muchas dudas, e incertidumbre en sus negocios. Llegan los clientes con todas las precauciones. Con ganas de comprar sin una pantalla de ordenador delante. Locales muy específicos, de croquetas, o un centro de tatuajes ya con encargos sorprendentes. Nueva forma de abrir, de vender y de comprar después de 50 días cerrados por la pandemia del coronavirus que empieza a ceder, al menos en contagios.
La cita previa es lo primero antes de pisar cualquier comercio. Y un solo cliente por trabajador. Desinfección y limpieza son las nuevas máximas. Cada establecimiento tiene que hacer al menos dos desinfecciones al día con lejía diluida. . También se exige limpieza diaria de los uniformes Y en determinados negocios hay que desinfectar cada vez que se atiende a un cliente. Especialmente delicados los probadores que tendrán que desinfectarse tras cada uso e higienizar todo lo que no se lleve el cliente. Pero además, hay que desinfectar el puesto de trabajo en cada cambio de turno. Ellos ya están preparados ahora solo falta que se anime la clientela.
Abres y restaurantes ya pueden servir comida a domicilio. Se puede recoger en el establecimiento pero sin acceder al interior del local. Un primer paso al que se sumará el próximo lunes la apertura de terrazas al 50% de su capacidad. El sector cree que muchos establecimientos no abrirán porque es imposible mantener muchos negocios con tantas restricciones