La forma de moverse va a cambiar en los próximos meses. Lo más importante es que el movimiento sea si es estrictamente necesario, dicen las autoridades. El transporte público cambiará las reglas para evitar aglomeraciones. La Comunidad de Madrid por ejemplo plantea que lo ideal es que sólo suban al metro, trenes o autobuses 3 de cada 10 viajeros que lo hacían antes. Control en los accesos, marcas en el suelo para mantener la distancia, son algunas medidas.
Lo ideal es el transporte individual. El coche es seguro, pero tampoco se pueden llenar las calles de atascos. Muchas ciudades como Zaragoza o Sevilla sugieren las bicis o patinetes, y se puede a pie. Madrid ya ha puesto sus bicis en marcha. Muchas dudas, y mucho que estudiar para cambiar la cultura del transporte. Por encima de todo el sentido común de cada uno. El coronavirus y el miedo al contagio hará el resto.
Y no solo eso. El Ayuntamiento de Madrid ha configurado un comité de expertos para trabajar en un plan B que permita adelantar la apertura de la hostelería respecto a los plazos que maneja el Gobierno, que habló de limitaciones hasta diciembre, así como el comercio. El Gobierno de PP y Cs en la capital asegura que no abrir bares hasta diciembre supone su cierre y la pérdida de 150.000 empleos y exige planear ya la desescalada para reactivar la economía cuanto antes, un objetivo que pasa necesariamente por realizar test masivos entre la población y por garantizar la existencia de equipos de protección individual.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida (PP) y la vicealcaldesa Begoña Villacís (Cs) han anunciado en la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno que el Consistorio madrileño trabaja en una alternativa que no pueden imponer, pero con la que intentarán "convencer" al Gobierno de Pedro Sánchez.
"España está llegando tarde a todo, al confinamiento, a las mascarillas, a los test, análisis serológicos, no queremos llegar tarde, queremos anticiparnos. Si lo que vamos a tener que comprar dentro de un mes son mamparas queremos comprarlas ya", ha señalado la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís.
El comité de expertos de la capital, del que formará parte el director del Centro de Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes de la Universidad de Zaragoza, Juan José Badiola, estará compuesto por profesionales especializados en varios ámbitos como epideomología, economía o urbanismo.
Tienen como cometido "mapear la ciudad" y ver de qué forma se puede retomar la actividad económica sin que se produzca un rebrote de la COVID-19, pensando en todo caso que "la forma de vida va a ser distinta".
Madrid estudia reducción de aforos en los establecimientos, donde la regulación es autonómica, reducirá un 25 % la tasas de terrazas y planea ampliarlas para garantizar la seguridad de los clientes además de proponer mamparas en restaurantes o que el comercio pueda sacar parte del género a la calle en forma de escaparate. "Habrá que hacerlo de forma segura, pero no podemos permitir que la hostelería de Madrid muera, no nos lo podemos permitir", ha defendido la vicealcaldesa, que ha acusado al Gobierno de estar en "la opción fácil".
"Es responsabilidad del Gobierno acometer los test masivos y medidas de protección para reactivar la actividad económica, es el método que ha sido probado con éxito ya en otros países", ha señalado por su parte Martínez-Almeida, que pide hacer compatible la garantía sanitaria con la economía para evitar consecuencias "dramáticas". El alcalde ha recalcado que en "cualquier escenario" el Ayuntamiento "tendrá preparadas todas la soluciones posibles para reactivar la economía".
Los trabajadores de hostelería deberán mantener una distancia de metro y medio y se les prohibirá el uso del móvil o salir a fumar; los productos entregados en los locales serán desinfectados uno por uno; y las terrazas se redistribuirán en aras de una mayor seguridad para el cliente son algunas de las medidas que recoge una guía técnica elaborada por la patronal Hostelería Madrid para la reapertura de bares y restaurantes tras la COVID-19.
Otras recomendaciones son no desinfectar la vajilla de forma manual sino en el lavavajillas, evitar colocar servilleteros u otros elementos que sean focos de contaminación; redistribuir las terrazas, bien separando las mesas o colocando elementos de protección; y que los empleados accedan a su puesto con la ropa y calzado de trabajo y mascarilla, explica la guía, que ha sido remitida al Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid.
La guía está enfocada a planificar las tres fases de los negocios: la preapertura, la puesta en marcha y la posapertura.
.- PREAPERTURA: los empresarios harán una limpieza y desinfección exhaustiva del local antes de abrir. No será necesario mantener la misma oferta gastronómica en todo el rango horario, ya que habrá que adaptarse a la nueva demanda y las nuevas costumbres.
.- VESTUARIOS Y ENTRADA DE PERSONAL: los trabajadores accederán a su puesto con la ropa y calzado de trabajo, con lavado de manos y mascarilla. Queda prohibido salir a la calle con el uniforme y calzado de trabajo; por lo tanto, no podrán hacerse salidas para fumar, compras de última hora o imprevistos. Se respetará la distancia de 1,5 metros y se prohibirá el uso del móvil y efectos personales por motivos de contaminación.
.- RECEPCIÓN DE PEDIDOS: es importante establecer diferentes rangos horarios para la recepción de las mercancías para poder desinfectar la zona de recepción entre pedido y pedido.
Se eliminarán los envoltorios de los productos antes de que entren en el local, se desinfectarán, uno por uno, y los productos frescos entrarán en box de plástico previamente desinfectado.
.- ELABORACIONES: los flujos de trabajo en las cocinas deberán estar muy segmentados y, si es posible, se delimitarán los espacios con cinta adhesiva de seguridad. La correcta colocación de los EPI del personal de cocina será fundamental. El lavado de manos constante es obligatorio independientemente del uso de guantes, que deberán cambiarse para cada actividad.
.- SALA: se deberá reestructurar la disposición de las mesas en la sala con el fin de respetar el régimen de distancias entre ellas, que deberá ser de 1,5 metros. Habrá geles de hidroalcohol en la entrada del local y a la salida de los aseos.
.- BARRA: se recomienda el menor número de personas en la barra si esta no tiene un tamaño que permita la separación entre trabajadores. Se valorará si se mantiene el servicio en mesa o se pide al cliente que recoja el pedido en la barra, para evitar el acercamiento entre personal y clientes.