El pánico se ha apoderado de una playa de Carolina del Norte, a la que la población americana acude ya desde hace varios meses, incluso antes de haber comenzado a doblegar la curva del coronavirus. Esta vez, la alarma en Estados Unidos no ha sido por la expansión del COVID – 19, sino por un tiburón de metro y medio que ha mordido en la pierna a un adolescente de 16 años.
Nick estaba jugando con las olas con su hermana a 8 metros de la orilla, cuando comenzó a gritar. Un tiburón le había agarrado la pierna y el agua se llenó de sangre: "Intenté levantar mi pierna sobre el agua y vi que un tiburón de un metro y medio estaba pegado a ella”, dijo el joven a los medios locales norteamericanos.
Su hermana sí consiguió salir del agua e ir corriendo a buscar a su padre, que se lanzó al agua rápidamente para ayudar a su hijo. Los dos intentaron separar al tiburón de la pierna del joven, pero sólo soltó la mandíbula cuando el padre le dio un golpe en la nariz y pudieron salir del mar. Nick ha sufrido 40 heridas punzantes en la pierna y raspaduras en las manos por haber intentado apartar las fauces del animal.
joel Fodrie, profesor asociado del Instituto de Ciencias Marinas de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, comentó al portal Today que las probabilidades de un ataque de tiburones son "muy bajas", pero que nunca debe bajarse la guardia.