Daniel I. Aguirre, el padre de la niña que fue liberada el fin de semana después de permanecer dos años secuestrada por su madre, ha asegurado que su expareja se "fue radicalizando de menos a más", hasta convertirse en "obsesiva". La mujer, de 44 años, fue detenida en la localidad madrileña de La Cabrera acusada de sustracción de menores al fugarse con su hija de 10 años e impedir que su padre tuviera contacto con ella desde febrero de 2017. La menor, que permanecía sin escolarizar, fue localizada en una finca acompañada de su madre y de su actual pareja. Ahora la madre se encuentra en libertad con cargos, no puede acercarse a su hija. La pequeña actualmente está con su padre.
El padre de la niña ha explicado, en una entrevista en Onda Cero recogida por Europa Press, que los problemas con su expareja comenzaron en 2014 con una denuncia, interpuesta por su madre, por supuestos abusos sexuales contra la niña. A partir de esa fecha se sucedieron las denuncias y los problemas para cumplir el régimen de visitas que habían acordado entre ambos.
Según ha explicado, el mayor cambio en la actitud de su madre se produjo cuando entró en contacto con la Asociación Infancia Libre, cuya presidenta María Sevilla, fue también detenida en el mes de abril por el secuestro de su hijo al que ocultaba en una finca de Cuenca. Fue al tener conocimiento de la detención de Sevilla, cuando Daniel I. Aguirre se puso en contacto con la policía para informarle de la relación de su expareja con esta asociación.
"Yo había estado investigando y había aportado información al juzgado sobre Infancia Libre porque en uno de los procesos el juez pidió que el Centro de Atención a la Infancia (CAI) supervisase el régimen de visitas que la madre incumplía y tuve entonces conocimiento de que María Sevilla se puso en contacto con el CAI para decir que no iban a aparecer por allí", ha explicado el progenitor de la menor. Posteriormente, vio publicada en Twitter una foto en la que su expareja y María Sevilla aparecían juntas.
Daniel ha explicado que durante los primeros tres años de la separación tuvieron una relación buena. "Ella se quedó con la custodia y yo con un buen régimen de visitas, pero se ha ido radicalizando de menos a más, era una madre obsesiva y pesada, siempre estaba presente cuando la visitaba y me llamada muchas veces, pero yo lo aceptaba". Durante estos dos años en los que no ha sabido nada de la niña , ha admitido haberse hundido en algunos momentos pero ha continuado con la búsqueda. "O luchas o te suicidas, pero yo no podía hacer lo segundo por mi hija", ha explicado.
Daniel ha admitido que el reencuentro con su menor "fue muy duro" después de dos años sin verse. De hecho, la niña dijo a la policía, tras ser separada de su madre, que no quería ir con su padre. "Cuando nos vimos en los juzgados de Plaza de Castilla estuvo llorando durante una hora y lo primero que me preguntó es qué iba a pasar con su madre, yo la tranquilicé y le recordé cuando a mi no me permitían verla a ella. Poco a poco se fue tranquilizando y empezó a sonreir", ha explicado Daniel I. Aguirre.