El juez de guardia tras tomar declaración a la madre acusada de secuestrar a su hija en La Cabrera la ha dejado en libertad con cargos y con medidas cautelares. No puede acercarse a su hija, ni comunicarse con ella. No puede salir del país y tiene que presentarse semanalmente en estos juzgados. De hecho, mañana será la primera vez que lo haga.
La madre denunció en varias ocasiones a su exmarido por presuntos abusos sexuales. Las demandas se archivaron y optó por huir. Fue entonces cuando el padre denunció la desaparición de la niña hace año y medio, cuando no pudo reunirse con ella en el punto de encuentro acordado porque no apareció. Desde entonces se la ha estado buscando y ayer fue encontrada con su madre en una vivienda de un municipio de la sierra norte de Madrid. La niña, de 10 años, está ahora con su padre.
El padre estaba tranquilo aunque un poco abrumado y ha comentado a las cámaras de Mediaset que la noticia de la localización de su hija fue un momento agridulce ya que estaba feliz porque habían encontrado con vida a la menor después de no saber nada de ella desde hace dos años. Por otro lado, la pequeña no dejaba de llorar pero con el paso de las horas la niña se ha tranquilizado y ya está feliz.
Lo que el padre quiere ahora mismo es que la justicia siga su curso y que se normalice sobre todo para su pequeña. "No es una lucha mía solo, también es la lucha de mi hija", ha revelado.
Sin nombre en su buzón, en la última vivienda de La Cabrera, a las afueras del pueblo llevaba un año y medio oculta con su hija. Los vecinos desconocían su vida secreta: Patricia denunció a su exmarido por presuntos abusos sexuales. La demanda se archivó en varias ocasiones y, por ello, optó por huir.
Es un caso muy parecido al de esta otra mujer: María Sevilla. Las dos eran miembros de la misma asociación, Infancia Libre. De la mano de Podemos presentaban en el congreso varias protestas sobre protección del menor. Las dos compartían abogada y psicólogo infantil. Las dos están acusadas por sustracción de menores.
La policía se percató de las similitudes y comenzó a seguir a su expareja y sus extraños movimientos. La madre había borrado cualquier rastro legal de la pequeña. De hecho, la menor ni siquiera estaba escolarizada.