Ha sido hoy cuando la denominada Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha verificado oficialmente la tercera y cuarta temperatura más alta jamás registrada en todo el mundo “desde que se tiene registro en los últimos 76 años”. Concretamente, los 53,9 grados centígrados registrados en Mitribah, Kuwait, el 21 de julio de 2016, han llevado al país asiático a situarse con el registro de la tercera temperatura más alta registrada en el mundo y la primera en Asia, con un margen de incertidumbre de más/menos 0,1ºC.
Por su parte, la cuarta temperatura más elevada de la historia se registró en Turbat, Pakistán, el 28 de mayo de 2017, con 53,7, con un margen de incertidumbre de más/menos 0,4ºC.
La denominación no fue al azar. ‘Death Valley’, el Valle de la Muerte, en castellano, fue llamado así debido al infausto destino de aquellos que, durante la Fiebre del oro de California, en 1849, intentaron atravesar el valle en el camino hacia los campos de oro. Un camino que les llevaría por una región que, en verano se sitúa entre las más calurosas de todo el mundo. No en vano, el récord histórico de la temperatura más alta alcanzada desde que existen registros está aquí, en Furnace Creek, el Valle de la Muerte, un 10 de julio de 1913 en el que se alcanzaron nada más y nada menos que los 56,7 grados.
Por su parte, la segunda más alta jamás registrada , –y la mayor en el hemisferio oriental–, está en Kebili, Túnez, con 55ºC, nuevamente en julio, pero de 1931.
Durante el anuncio de la tercera y cuarta marca más alta registrada, –de especial relevancia por alcanzar márgenes de exactitud de gran exigencia sentando nuevos estándares de validez–, Randall Cerveny, ponente de la OMM sobre fenómenos meteorológicos y climáticos extremos, ha ensalzado que “gracias a investigaciones rigurosas, como esta calibración independiente de sensores de temperatura, podemos tener mayor confianza en nuestros registros climáticos”, lo que ayuda a sentar “una base sólida para examinar los récords que se baten en distintas partes del mundo y para realizar estudios de atribución de fenómenos extremos al cambio climático".
Por ello, recalca, esta base de datos es una fuente de información “decisiva” para entender y comprender la naturaleza extrema de los fenómenos meteorológicos y climáticos que afectan a nuestro planeta, así como cuándo y dónde se producen.
Y es que la OMM no solo recopila información al respecto de las temperaturas máximas, sino que además, en el ‘Archivo de fenómenos meteorológicos y climáticos extremos’ también registran las temperaturas mínimas; los récords de precipitación a escala mundial; el granizo más pesado; el período de sequía más prolongado; las ráfagas de viento más fuertes; y los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos de cada hemisferio.