Hace unos días conocíamos el informe del Parlamento Europeo que resaltaba que en 2050 podría haber más restos plásticos que peces en los mares y océanos. La preocupación por el planeta está, cada vez más, en boca de todos: desde reutilizar las bolsas de la compra, hasta las protestas de miles de estudiantes alrededor del mundo por el cambio climático. Tan solo faltaban que las grandes empresas se sumaran a este gran movimiento, pero los últimos análisis económicos desvelan que no les va a quedar más remedio que tomarse en serio el medio ambiente. Algunas empresas ya lanzan mensajes publicitarios mostrando su preocupación o ligando su imagen corporativa con la lucha por un medio ambiente limpio de contaminación y un planeta lleno de vida.
La ONG británica Carbon Disclosure Project (CDP), dedicada a la mediación del impacto ambiental de la crisis climática, ha publicado un estudio en el que refleja el impacto financiero del cambio climático en las grandes empresas.
El Informe expone que más de 200 grandes empresas de todo el mundo que cotizan en bolsa prevén que el cambio climático podría costarles un total de casi un billón de dólares, “la mayoría de los impactos podrían suceder dentro de los próximos cinco años”. A pesar de los escalofriantes datos, las compañías siguen subestimando los peligros. “La mayoría de las empresas todavía tienen un largo camino por recorrer en lo que respecta a evaluar adecuadamente los riesgos climáticos”, afirmó Nicolette Bartlett, directora de CDP y autora del estudio.
La organización señala que existe un alto porcentaje de posibilidades de que se produzcan unos costes de 500.000 millones de dólares en gastos operativos más altos y cambios en las políticas empresariales debidos al cambio del clima.
Los defensores de una mayor transparencia esperan fomentar la inversión en industrias más limpias para reducir las emisiones de carbono a tiempo de cumplir con los objetivos climáticos mundiales. Por otro lado, las compañías vinculantes al trasporte aún no han calculado sus pérdidas
No obstante, las grandes empresas contemplan un valor potencial de mercado en el proceso de unos 2,1 billones de dólares, que va desde el aumento en la demanda de vehículos eléctricos hasta inversiones en energías renovables. Otras compañías vinculantes al trasporte aún no han calculado sus pérdidas. Pero deberían hacerlo. No luchar contra el cambio climático ni apostar por el medio ambiente cuesta dinero. Y mucho.