“Siento que me voy a morir, ayúdame, por favor. Te amo”. Esas son las últimas palabras con las que una niña de 12 años acababa una nota manuscrita dirigida a su propia madre con el objetivo de expresarle el pánico que sufre cada vez que tiene que ir al colegio y enfrentarse al acoso escolar.
“Mami, te estoy haciendo esta carta porque me están pasando cosas horribles”, inicia la menor, oriunda de Villa Carlos Paz, en la provincia argentina de Córdoba, intentando, sin entrar en detalles concretos y específicos, relatar su calvario.
En la breve nota, expresa su temor y reclama desesperadamente ayuda haciendo ver que son varias las personas que la someten a un ‘bullying’ continuo.
“No paro de temblar y no puedo respirar”. “Te juro que nunca odié tanto a estas personas. Mamá, por favor, tienes que hacer algo”, implora.
Ahora, la propia progenitora, como informa el medio local ‘Carlos Paz Vivo’, ha publicado esa carta que escribió su hija, relatando que en los últimos tiempos ha sufrido ataques de pánico y, especialmente desde marzo de 2021, al comenzar un nuevo curso, vive una pesadilla bajo la lacra del acoso escolar.
Enfrentando insultos de forma permanente, asegura que “le dejan mensajes intimidantes en distintas partes de la escuela” y es también objeto de burlas constantes cuando presenta un trabajo ante todos. Además, señala, la excluyen de las actividades, tanto escolares como extraescolares, provocando en ella un cuadro que engloba también, según las palabras de la progenitora, “llantos constantes, dolores físicos y psíquicos”.
La primera vez que sospechó que pasaba algo raro fue cuando la niña no quería volver al colegio. “Empezó a somatizar la angustia. Cada vez que tenía que ir tenía vómitos, fiebre, etc. La llevamos al médico y ella estaba bien en lo físico”, explica.
Fue después de las vacaciones invernales cuando, apunta la madre en el citado medio local, la niña comenzó a tener los ataques de pánico.
“Es algo espantoso. Nunca me imaginé que mi hija, tan pequeña, podía pasar por eso. Llegaba del colegio y le daban ataques de llanto muy fuertes. Me llego a escribir cartas donde manifestaba su estado de ánimo y, en una ocasión, me dijo que no quería seguir viviendo así”, narra ahora, denunciando la situación y los terribles efectos del acoso escolar o ‘bullying’.
Consciente de la situación, explicó al centro educativo y a la directora del mismo lo que estaba sucediendo y lo que estaba sufriendo a su hija, pero “no se planteó ninguna solución al problema”.
“Tanto la profesora (de la niña) como la directora tienen los vídeos, las cartas, toda la información. Hemos quedado en hacer un acta pero la directora terminó diciendo que era quizás mejor no llamar a los padres de los niños (involucrados en el acoso) porque iba a ser peor”, cuenta, denunciando que desde ese preciso instante “tendrían que haber tomado una medida al respecto”.
De hecho, añade que la directora en una ocasión argumentó que “no se puede poner de un lado o de otro” porque le llegaron diferentes versiones de otros padres y no se podía hacer más. Y es en este sentido en el que la madre de la niña víctima de acoso escolar refiere que, mientras muchos padres han hablado con ella para mostrarle su apoyo, el acoso continúa.
Concretamente, sospecha que el ‘bullying’ pudo empezar cuando ella misma se salió de un grupo del curso escolar de su hija tras tener diferencias con dos mujeres que, justamente, son madres de los niños que principalmente están acosando a su hija.
“Con la mamá de uno de estos niños hemos tenido diferencias, ella no lo tomó bien y yo decidí retirarme, porque no quise involucrarme en situaciones de violencia, por eso me fui y creo que desde ahí todo fue para peor”, ha contado a Carlos Paz Vivo, relatando que precisamente por ellas la niña quedó fuera de un campamento organizado como actividad en grupo.
Así, denuncia que, mientras el ‘bullying’ continúa y el centro "se ha lavado las manos", su hija está “con terapia psicológica y una situación que tal vez sea irreparable para sus recuerdos, el día de mañana”.