Su madre intentó de todas las formas que el animal dejase de atacarle. Llegó incluso a usar un cuchillo, el cual le clavó para intentar defender a su hijo, pero el perro, un pitbull de 27 kilos, no dejó de morder a Benjamin, de tan solo cuatro años.
El pequeño se encontraba en el parque Hazel Park, en Michigan, Estados Unidos, cuando fue atacado por el can, que había sido adoptado por la familia como “un gesto de ayuda a un amigo en tiempos de necesidad”. Durante la etapa en que había estado con ellos, “nunca mostró un comportamiento agresivo”, pero este martes se abalanzó repentina sobre el niño, mordiéndole hasta acabar con su vida.
Mientras su madre intentaba que el perro liberase al niño, fue la hermana mayor del pequeño, de 14 años, quien llamó al teléfono de emergencias para pedir ayuda, informando de que el pitbull estaba atacando a su hermano en las inmediaciones de su casa.
Cuando las autoridades llegaron a la zona, el can proseguía en su ataque, y no fue hasta que usaron sus pistolas Taser cuando el animal soltó al niño, que fue trasladado al hospital con heridas muy graves en el cuello y otras zonas de su cuerpo. Los servicios médicos no pudieron sino certificar su muerte.
La madre del niño, de 38 años, también hubo de ser trasladada al hospital. Presentaba mordeduras y heridas que no amenazaban su vida.
El animal, por su parte, fue llevado a un veterinario, donde fue sacrificado, tal como informa el medio local ‘The Detroit News’.