Esta historia podría ser un guion de una película de Hollywood. Una pareja estaba a punto de casarse, cuando de repente la novia se pone de parto en Barcelona. Acto seguido tuvieron que salir corriendo hacia el hospital.
Para los novios era un mal augurio que el pequeño naciera antes de que se dieran el sí quiero, por lo que decidieron casarse en el mismo hospital. Allí en la habitación la pareja se casó con la novia ya tumbada en la cama, aún con su vestido, su velo y su ramo, momentos antes de dar a luz.
Después de la ceremonia, llegó el pequeño Benedicto. Este niño todavía no lo sabe pero cuando llegue el momento podrá contar una historia de película sobre su nacimiento o, más exactamente sobre esto que ocurrió cuando él decidió que ya era momento de asomarse al mundo.
Una trabajadora del hospital ha afirmado que han visto de todo, pero nunca esto una boda con todas las de la ley en la habitación del hospital. “La novia está tumbada pero arregladísima porque rompió aguas cuando ya estaba maquillándose para la boda. A su lado el novio, que la esperaba ya en la iglesia pero que tuvo que venir al Hospital Clínico a toda velocidad”, ha explicado.
Al confirmarse el casamiento el jolgorio es notable...y de él participan los sanitarios, contentos también de contar con semejante historia para su arsenal de anécdotas. La ceremonia se celebró en tan delicadas circunstancias por una cuestión que atañe directamente al pequeño. Esquivado ese posible “mal fario” Benedicto salió al mundo y es hoy el bebé más famoso del país.