Los novios quisieron sacar toda su artillería agraria para impactar a los invitados, y para ello,una cohorte de tractores acompañaron a Marcos y Cristina hasta la puerta de la iglesia. Su boda no era de lo más común pero nadie esperaba que la idea del hermano de Cristina tuviera tanto éxito mediático.
El tradicional arroz y los románticos pétalos de rosa se quedaron en un segundo plano, cuando la picadora comenzó a lanzar una incómoda mezcla de confeti y maíz. Los novios sufrieron el primer bombardeo y luego los invitados salieron en estampida. Entre la fuerza, el ruido y el polvo que levantó el curioso invento no quedó un invitado para gritar el popular ¡Qué vivan los novios!