Parricidas con problemas psiquiátricos a las que no quitaron la custodia: de Godella a Girona

  • Estos casos ponen en evidencia lo difícil que es que le quiten la custodia a un progenitor

  • "Los jueces son reticentes a otorgar en exclusividad la custodia a uno solo de los progenitores”

  • Incluso en los casos en que el progenitor tiene problemas mentales, el proceso es muy lento

Hace 15 días, María mataba a golpes de azada a sus dos hijas de 5 y 6 años en Vilví d'Onyar, Girona.

En octubre, Ana María estrangulaba a su hijo de 7 años dentro del coche en El Ejido, Almería.

El 14 de marzo pasado, María Gombau asesinó a golpes sus dos hijos de 6 meses y 3 años en una casa okupada en Godella, Valencia.

Lo que une a los tres casos es que todas ellas tenían problemas mentales. Dos de ellas diagnosticados, y estaban luchando por la custodia de sus hijos. La familia había pedido que se las retiraran, pero ¿por qué es tan complejo?: “Es tan difícil porque los jueces son bastante reticentes a otorgar en exclusividad la custodia a uno solo de los progenitores”.

Y si es por problemas mentales, las pruebas tienen que ser contundentes: “Necesitamos un informe preceptivo del ministerio fiscal; el informe médico que nos avale, y en tercer lugar un informe de idoneidad parental que emite el equipo psicosocial adscrito al juzgado”, explica Moisés Sánchez, de ‘www.madriddivorcio.com’.

No suele ser rápido. Más bien es lento. Digamos que de ocho o nueve meses a un año”, cuenta el abogado Carles Dalmau.

En estos casos, como en el de Mari Angels, la madre que ha ahogado a su hija de 10 años en una bañera en Girona y ha ingresado hoy en prisión provisional, ese proceso fue demasiado lento.