El parricida de Barcelona, encontrado ahorcado en el bosque, se habría quitado la vida el mismo día del asesinato

Con el hallazgo del cadáver del parricida de Barcelona se cierra la búsqueda del hombre que asesinó a su hijo de dos años en un hotel el pasado 25 de agosto. Los Mossos creen que se suicidó justo después de cometer el crimen, de eso hace 22 días.

El cuerpo ha sido hallado en una zona boscosa, cerca del Aeropuerto de El Prat, en un terreno propiedad de AENA. El lugar en el que se encontró ahorcado a Martín Ezequiel es de muy difícil acceso ya que está rodeado de matorrales. El hombre no llevaba documentacón pero sí la misma ropa que vestía el día que mató a su hijo. La zona está a escasos cinco minutos del aeropuerto, donde las cámaras de seguridad lo grababan por última vez.

Desde entonces, más de veinte días de búsqueda. Primero por la sierra de Montjuic, se realizaba una intensa batida por el monte, muy cerca de hotel Paral·lel de Barcelona donde se produjo el asesinato del menor. Luego, en el Vendrell, en Tarragona, donde tenía familiares. Pero ni rastro. Se distribuyeron carteles con los cambios que podría haber experimentado y se solicitó la colaboración de toda la ciudadanía. Hace unos días se encontraba el pasaporte de Martín Ezequiel y ya todo apuntaba a que podía estar muerto.

Con el hallazgo de este miércoles, termina la búsqueda del hombre de 44 años que quiso vengarse de su mujer, de la que se había separado apenas ocho días antes de matar al hijo de ambos. Ahora, los forenses determinarán las causas de la muerte del parricida.

Rabia y dolor entre los testigos

El hallazgo del cuerpo del presunto parricidia ha originado comentarios de rabia y dolor entre los vecinos de la zona. Para algunos se ha tratado de una "pena natural" aunque han lamentado que se haya librado de ir a la cárcel.

Otros han expresado su convencimientos de que enfrentándose a la Justicia "no habría pagado por su crimen" y que ha sido "mejor encontrarlo muerto que pensar que estaba en Brasil".

Hay un sentimiento generalizado de que ha eludido la acción de la Justicia y que se trata de "un cobarde que ha hecho lo que hacen los cobardes".

"Te dejo lo que te mereces"

Los padres del niño asesinado llevaban solo ocho días separados, y él habría aparentado aceptar con normalidad la ruptura de la pareja, hasta que cuando acudió a pasear con el niño y se lo llevó a un hotel -- el mismo en el que había celebrado su boda -- y empezó a enviar mensajes amenazadores a su esposa antes de presuntamente ahogar al niño con una almohada con la intención de causar el mayor daño posible a la madre.

El 25 de agosto la madre del pequeño recibió un mensaje del presunto parricida: "Aquí te dejo lo que te mereces". Al recibirlo, desesperada, salió corriendo hasta el hotel donde debía estar su hijo, el Hotel Concordia de Barcelona, en el distrito de Sants-Montuïc, en Barcelona y rogó entrar en la habitación 704 del séptimo piso, pero no le permitieron la entrada. Sin poder contener los nervios, contó en la recepción lo que sucedía.

Las cámaras del hotel del distrito de Sants-Montjuïc captaron el día del suceso cómo el padre huyó tras saltar la valla de la piscina del establecimiento. En el vídeo también se puede observar como poco antes de la huida, el padre del menor había abierto la puerta de la habitación que da al pasillo para supuestamente comprobar que no había nadie allí. Desde entonces, el hombre estaba en busca y captura y sobre el pesaba una orden de detención internacional.

La carta de la madre del niño asesinado en un hotel de Barcelona: "Lucharé contra la violencia vicaria"

El mismo día en el que se encontraba el cuerpo de Martín Ezequiel presuntamente suicidado tras haber acabado con la vida de su hijo, la madre del niño asesinado, hacía pública una emotiva carta, en la que hablaba del inmenso dolor que sentía, y no perdía la esperanza de que encontraran al asesino, para poder cerrar su duelo. Ya puede hacerlo. En esa misiva agradecía además, todo el apoyo que ha recibido, en especial, el de las mujeres que han sido, como ella, víctimas de la violencia vicaria.

La madre de Leo, el niño de dos años asesinado en Barcelona el pasado 25 de agosto, recuerda aún el día que su padre se lo llevó para pasar la noche y ya nunca se lo volvió a entregar.

A pesar del daño –todas las familias podrán comprender el inmenso amor hacia un hijo y lo terrible de su pérdida , afirma–, también ha sentido el calor humano y la implicación y ha sido arropada por múltiples personas, profesionales e instituciones. La madre da las gracias también a quienes han colaborado en la búsqueda y a quienes le han mandado mensajes de cariño y especialmente a todas aquellas madres que han sufrido también el inmenso dolor de la violencia vicaria. A ellas y a su pelea se sumará, asegura, cuando recupere fuerzas con el objetivo de conseguir un mundo más justo en el que las mujeres y los niños también puedan vivir en paz y en libertad.