Aprovecha que su vecina vuelve a su país a un funeral para okuparle la casa en Arcos de la Frontera

  • Se instaló en Arcos de la Frontera con su marido hace 17 años

  • Volvió hace meses a su país y allí le llamarón para darle la mala noticia

  • Ahora vive en un hotel cercano a la espera de recuperar su casa

Los okupas no entienden de nacionalidad. Jean O’Donoghue es una ciudadana irlandesa que lleva viendo en la localidad gaditana de Arcos de la Frontera desde hace 17 años. Junto a su pareja se compró una vivienda en el pinar de La Plata enamorada del paisaje y el clima de esta tierra. Volvieron a su país hace unos meses por una enfermedad que él no llegó a superar. En mitad del duelo los vecinos españoles le llamaron para darle otra mala noticia: alguien había okupado su casa.

Y este es el comienzo de una odisea judicial que Jean trata de superar aunque aún no ve el final del túnel. El okupa es el hijo de unos vecinos que aprovechó su ausencia para entrar en la casa y hacerse con ella.

Dentro están todas las pertenencias de Jean, sus recuerdos, sus objetos personales, hasta su coche aparcado. Los vecinos han intentado dialogar con el okupa pero este no quiere hablar con nadie. No vive en la casa, solo la usa para su recreo personal durante los fines de semana. En lo alto del tejado ha puesto una bandera española para señalizar que eso ya es suyo.

Mientras los tribunales deciden qué hacer, Jean sobrevive en un hotel próximo, pero los recursos se le agota y solo quiere que llegue el momento en el que pueda recuperar su casa y las ganas de vivir en una tierra que le cautivo desde el primer instante.

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