Adriana, la madre de la niña de cinco años hallada muerta en un hotel de Logroño, que permanece detenida en un hospital, no colabora con los investigadores. Su abuela, que era clave para la investigación, apareció ayer muerta en el río Ebro. Olga estuvo en el hotel con su hija y su nieta.
Los investigadores explican que, de momento, Adriana mantiene una actitud poco colaborativa, de hecho está como ausente y lo único que ha hablado es para negar que haya sido un hecho delictivo y habla en todo momento de fallecimiento de la niña. El plazo para tomar declaración a la madre termina mañana pero no se descarta que se pueda ampliar.
En una concentración celebrada ayer por Carolina, la niña de solo cinco años, el delegado del Gobierno en La Rioja, José Ignacio Pérez, afirmó que la madre "no es colaborativa" con la investigación. Es posible que Adriana declare ante el juez este jueves.
La mujer había dejado varias cartas en su casa. En ellas decía que se quería suicidar y que la pequeña Carolina no quería vivir con su padre. Algo que no concuerda para los investigadores.
La abuela ya no podrá aclara nada. Era fundamental para la investigación porque estuvo en el hotel con su hija y su nieta. El delegado del Gobierno informó ayer que también había alguna carta de la abuela pero que las misivas "dan indicios que van a cometer más algún acto de abandonar esta vida, más que con respecto a la niña".
Lo cierto es que aún hay que esperar a que la autopsia de Carolina sea determinante. La niña pudo ser asfixiada pero también pudieron sedarla antes.
En Haro, donde vivía la pequeña con su padre y también su madre y su abuela hoy celebran el segundo de los tres días de luto oficial.