Silvia A. M. mató a su bebé, lo metió en una mochila, lo tiró a un contenedor de basura y se fue de vacaciones. Maldad pura. De forma calculada, fría y precisa. La gijonesa acusada de asesinar de 53 puñaladas a su bebé recién nacido en Gijón en agosto de 2019 ha reconocido este lunes los hechos en la vista oral iniciada este lunes con la selección del Jurado Popular y la declaración de la procesada, en la Sección Octava de la Audiencia Provincial, con sede en Gijón. No acusa, pues, a su pareja sentimental, algo que había hecho hasta ahora. Una vez que su exnovio, Daniel B. S., ha quedado exonerado, desconocedor de los hechos, Silvia tendrá difícil escapar de la prisión permanente revisable. La joven lleva en prisión preventiva desde su arresto el 21 de septiembre de 2019.
Silvia fue capaz de escuchar las noticias y ponerse en la piel del resto de la sociedad. “Mira qué hijos de p. hacer eso, acabar a puñaladas con un bebé; a esos no les pillan” o “¿Quién habrá sido? ¿Tú crees que lo descubrirán?” según desveló La Nueva España cuando accedió al sumario del caso en enero de 2020. Al final sí la pillaron. Cierto que Silvia sufre inestabilidad emocional, agresión social e interpersonal, impulsividad, intolerancia a la frustración, genio voluble y fondo egoísta, pero nada de eso indica que no planificara sus actos.
Tanto Fiscalía como acusación particular solicitan la prisión permanente revisable, la primera que se dictaría en Asturias. La procesada S.A.M, simplemente ha reconocido que lo mató, sin querer contestar a más preguntas de las acusaciones. Sí que ha respondido a que la confesión la toma libremente. La vista oral estaba previsto que se iniciara en este día con la selección del Jurado Popular y la declaración de la acusada, en la Sección Octava de la Audiencia Provincial, con sede en Gijón.
La fiscal, por su lado, ha recalcado que el bebé era un recién nacido hijo de la procesada y de su pareja sentimental. Esta ha relatado que lleva 33 años en la Fiscalía, y este caso es "especialmente sobrecogedor". Ha incidido en que se trataba de un bebé a término, con 53 puñaladas, algunas cortantes, con un cuchillo. Ha explicado que el bebé "muere desangrado y sin nombre". "La madre acabó con su vida", ha sostenido, a lo que ha augurado que su vida era aparentemente normal hasta cuando ella queda embarazada "y se lo oculta a todos".
Sobre esta cuestión, ha apuntado que no lo sabía ni la pareja sentimental, ni la familia, ni amigos ni vecinos. No fue tampoco al ginecólogo, según la fiscal, quien ha explicado que el parto es en solitario; hizo lecturas previas en Internet para prepararse.
También ha llamado la atención sobre que las fotografías son "impresionantes". Ha ahondado en que después de matarlo, lo mete en una mochila, lo baja a un contenedor y a los días se va de vacaciones.
"El niño estaba" completamente formado, a mí me impresionó", ha insistido sobre las imágenes del bebé asesinado. La fiscal, asimismo, ha considerado que la única causa que se puede aventurar es que era un hijo no deseado. Ha defendido que hubo alevosía, porque el bebé no tenía capacidad de defensa y muere desangrado. Ha afirmado, además, que la madre no tiene ninguna patología mental, "es de una maldad tan extrema que es capaz de matar a su hijo recién nacido de esa manera", ha añadido. Ha recalcado que es consciente de lo que hace. "El bebé no va a regresar, ella podrá disfrutar de permisos", ha llamado la atención.
Por parte del abogado de la acusación particular, y en representación del padre del bebé, D.B.S., ha explicado que a su cliente no le mueve "ni el ánimo de venganza ni odio". La razón es que, según su cliente, como no pudo proteger la vida de su bebe ni su dignidad al ser tirado a un contenedor, lo que no voy a permitir es que no se le dé Justicia. Incluso el dinero de la indemnización será donado al Patronato San José para el cuidado de menores. Para la acusación particular, fue un acto "planificado" de manera "calculada, fría y despiadada", al decidir matarlo de 53 puñaladas y luego arrojarlo en un contenedor "como si fuera un desperdicio más. Asimismo, ha apuntado que escogió la forma "más vil", al dar a luz en casa, arrojarlo, y al día siguiente preparar un cumpleaños y sugerir ir de vacaciones, de forma "fría", para evitar ser identificada.
También en conversaciones con amigos o vecinos decía que iba a ser imposible identificar al culpable. Y cuando ya lo fue, trató de culpar al padre. "Su proceder es inhumano", ha apuntado. Por parte del abogado de la defensa ha avanzado que su cliente, al contrario de lo que había mantenido durante la instrucción de la causa, iba a asumir los hechos.
De acuerdo al relato del Ministerio Fiscal, en la mañana del 1 de agosto de 2019, la acusada, cuando estaba sola en su vivienda de Gijón, en la que residía con su compañero sentimental, dio a luz a un bebé vivo de 2.670 gramos de peso, de sexo varón, siendo su embarazo a término. El mismo día, con la intención de acabar con su vida y antes de las siete de la tarde, hora a la que su compañero sentimental regresaba del trabajo, la acusada, utilizando un cuchillo de cocina, asestó al bebé 53 puñaladas en distintas partes del cuerpo, que le provocaron la muerte.
Después de matarlo, la acusada metió al bebé, unido por su cordón umbilical a la placenta, en una mochila, que tiró con el cuerpo dentro en el interior de un contenedor de basura situado en la misma vía, todo ello antes de que regresara su compañero sentimental. El bebé fue encontrado por un ciudadano la noche del día siguiente, a las 02.30 horas aproximadamente, dentro del contenedor.
La acusada había ocultado el embarazo a su pareja sentimental, con la que convivía, y a todas sus amistades y familiares, por lo que nadie conocía su estado. En el momento de los hechos su pareja se encontraba en el trabajo y le mintió, por teléfono y cuando volvió a la vivienda, ya que le dijo que la sangre que había por distintas zonas de la casa era a consecuencia de un sangrado masivo que había sufrido por un quiste en un ovario. Tras la exploración ginecológica con posterioridad al hecho realizada a la acusada por el servicio de ginecología del HUCA, se comprobó que no tenía ningún quiste en los ovarios. El compañero sentimental de la acusada resultó ser el padre del bebé fallecido. La pareja no tenía más hijos en común. La acusada no padece alteración alguna de sus facultades.
La Fiscalía considera que los hechos son constitutivos de un delito de asesinato con alevosía de los artículos 139.1ª y 140 1 .1º Código Penal, al ser la victima especialmente vulnerable por razón de su edad. Concurre la agravante de parentesco. Y solicita que se condene a la acusada a la pena de prisión permanente revisable y el pago de las costas procesales. En concepto de responsabilidad civil, el Ministerio Fiscal solicita que la acusada indemnice al padre del bebé con 50.000 euros. La acusación particular, ejercida por el padre del bebé y pareja en ese momento de la acusada, solicita igualmente la prisión permanente revisable.