La lucha contra el cambio climático y por un mundo más sostenible empieza en tu plato. Sí. No hace falta que hagas huelgas o te quedes frente al parlamento sueco exigiendo medidas al estilo de Greta Thunberg, la activista más joven del planeta. Delante del mantel también puedes apostar por esta causa. Aunque lo tendrás más complicado si eres fan del chuletón. No habrá que ser 'antinada', pero habrá que moderar nuestro consumo animal en las próximas décadas. No será cuestión de gusto sino de necesidad.
El aumento de las emisiones de CO2, provocará que los alimentos sean menos nutritivos, reduciéndose el nivel de diferentes vitaminas y otros elementos químicos esenciales como puede ser el hierro y el zinc, según un estudio realizado por expertos de la Universidad de Tokio (Japón).
La FAO (La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación) ya ha advertido de que de las 6.000 especies de plantas que se cultivan para la alimentación, menos de 200 contribuyen de forma significativa a la producción alimentaria mundial. En cuanto a la producción ganadera, la organización apunta que la producción mundial se basa en 40 especies. Solo unas pocas abastecen carne, leche y huevos. Y eso se paga. De las 7.745 razas de ganado locales registradas en el mundo, el 26% están actualmente en peligro de extinción y se desconoce el futuro del 67% de estas razas, librándose únicamente el 7% del riesgo. Y en cuanto a los peces, un tercio de las poblaciones están sobreexplotadas según el informe sobre el Estado Mundial de la Pesca y Acuicultura 2018.
Por último, el informe Cities and Circular Economy for Food (Ciudades y Economía Circular para la Alimentación), señala que por cada dólar que se gasta en la actualidad en alimentos, la sociedad paga el doble debido a los costes sanitarios, medioambientales y económicos.
Sendos trabajos realizados por la revista Lancet y la universidad de Harvard llegan a esta conclusión, de hecho esta última ya ha creado el plato saludable. La forma en la que comemos deberá cambiar. Y también la impunidad con la que desperdiciamos comida.
El informe publicado por Lancet sobre dietas saludables y sostenibles refleja que el consumo mundial de frutas, vegetales, nueces y semillas, y legumbres deberá duplicarse, y el consumo de alimentos como la carne roja y el azúcar deberá reducirse en más del 50% si queremos un mundo sostenible en el 2050. Copresidida por los profesores Walter Willett y Johan Rockström, la Comisión EAT-Lancet ha reunido a 19 Comisarios y 18 coautores de 16 países en diversos campos como la salud humana, la agricultura, la ciencia política y sostenibilidad ambiental para elaborar un informe que deja las cosas claras, sin medias tintas.
Las razones no son baladís. Las dietas poco saludables, según los expertos de este informe, representan actualmente un mayor riesgo de mortalidad que la suma de las prácticas sexuales sin protección, el alcohol, las drogas y el tabaco. Así de crudo. La producción mundial de alimentos amenaza la estabilidad climática y la resiliencia del ecosistema y constituye el mayor impulsor de degradación medioambiental y transgresión de los límites planetarios. Esto supone prevenir aproximadamente 11 millones de muertes por año, lo que representa entre el 19% y el 24% del total de muertes en adultos.
La profesora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya, Anna Bach, ha lanzado la necesidad de reducir los impuestos de frutas, verduras, legumbres, frutos secos y cereales enteros, y aumentarlos en las bebidas azucaradas o alimentos ultraprocesados ricos en calorías y pobres nutricionalmente como una forma de cambiar hábitos, más aún entre los jóvenes.
Miriam Martínez Biarge, Honorary Consultant Neonatologist del Imperial College, colegiada en España y Reino Unido y experta en la materia está convencida de que "la alimentación del ser humano caminará hacia lo vegetal porque a eso nos lleva el devenir de los tiempos". No solo el cambio climático y la necesidad de una ecología y una economía sostenible lo van a hacer más que necesario sino también la salud, porque "gran parte de las enfermedades crónicas que sufrimos se deben en parte a nuestra alimentación". Ahí es nada el auge de al diabetes, de los problemas cardíacos…
El futuro de nuestra alimentación estará marcado por los frutos secos, las frutas, lo vegetal, la pasta, el arroz… Cree Miriam que "la ganadería sufrirá una transformación" (ya vivimos en un mundo de hamburguesas sin carne). “Ahora mismo abusamos de lo frito y deberíamos apostar más por sopas frías, batidos, frutas naturales, vegetales y más ahora en el verano", señala la experta, que no cree que "el ser humano necesite en su alimentación la carne o el pescado de forma imprescindible”, aunque estemos hablando de una cultura gastronómica más que arraigada. La mente también se ve afectada, en su opinión, por la alimentación. Estudios demuestran que la "falta de una dieta rica en verduras y frutas aumenta el riesgo de padecer riesgos cardiovasculares, cáncer, diabetes y problemas mentales".
El sistema alimentario mundial actual requiere una nueva revolución agrícola que se base en la intensificación sostenible y esté impulsada por la sostenibilidad y la innovación del sistema. Esto supondría al menos el reto de una reducción del 75% de las brechas de rendimiento en las tierras de cultivo actuales, mejoras radicales en la eficiencia del uso de agua y fertilizantes, reciclaje de fósforo, redistribución del uso global de nitrógeno y fósforo, implementación de opciones de mitigación del clima, incluidos cambios en la gestión de cultivos y piensos, y la mejora de la biodiversidad dentro de los sistemas agrícolas.
Para ello serán necesarias las políticas públicas encaminadas a lograr una reducción general del 50% en la pérdida y el desperdicio mundial de alimentos. Las acciones incluyen mejorar la infraestructura posterior a la cosecha, el transporte de alimentos, el procesamiento y el envasado, aumentar la colaboración a lo largo de la cadena de suministro, capacitar y equipar a los productores y educar a los consumidores.
El 'Plato para Comer Saludable', creado por expertos en nutrición de la Escuela de Salud Pública de Harvard y los editores en Publicaciones de Salud de Harvard, es una guía para crear comidas saludables y equilibradas – ya sean servidas en un plato o empacadas para llevar en la merienda o almuerzo. Coloque una copia en su nevera para que recuerde a diario preparar comidas saludables. Estas son las claves:
1. Haga que la mayoría de sus comidas sean vegetales y frutas – ½ de su plato: Es necesario incorporar color y variedad Las patatas no cuentan como un vegetal por su efecto negativo en la azúcar en la sangre.
2. Escoja granos integrales – ¼ de su plato: Granos integrales e intactos – trigo integral, cebada, granos de trigo, quínoa, avena, arroz integral, y las comidas preparadas con estos ingredientes como pasta de trigo integral – tienen un efecto más moderado en la azúcar en la sangre y la insulina que el pan blanco, arroz blanco, y otros granos refinados.
3. El valor de la proteína – ¼ de su plato: Pescado, pollo, legumbres (habichuelas/leguminosas/frijoles), y nueces son fuentes de proteínas saludables y versátiles – pueden ser mezcladas en ensaladas, y combinan bien con vegetales en un plato. Limite las carnes rojas, y evite carnes procesadas como tocineta (“bacon”) y embuditos (salchichas).
4, Tome aceites de plantas saludables con moderación: Escoja aceites vegetales saludables como oliva, canola, soya, maíz, girasol, maní (cacahuate), u otros, y evite los aceites parcialmente hidrogenados, los cuales contienen las grasas trans no saludables. Recuerde que “bajo en grasa” no significa “saludable”.
5. Tome agua, café, o té: Omita las bebidas azucaradas, limite la leche y productos lácteos a una o dos porciones al día, y limite el zumo a un vaso pequeño al día. Y manténganse activo.
El tipo de carbohidratos en la dieta es más importante que la cantidad de carbohidratos porque algunas fuentes de carbohidratos – como los vegetales, frutas, granos integrales, y legumbres (habichuelas/leguminosas/frijoles) – son más saludables que otros. El Plato para Comer Saludable también aconseja a los consumidores a evitar las bebidas azucaradas, una fuente principal de calorías – usualmente con poco valor nutricional y anima a los consumidores a usar aceites saludables, y no establece un máximo en el porcentaje de calorías de fuentes saludables de grasa que las personas deben obtener cada día. Sí, la lucha por cambiar el mundo empieza sin moverte de la mesa.