Julio García Celorio, pastor evangelista, tiene fe: por qué el parricida de Elche puede reinsertarse y cómo
Julio Garcia Celorio, pastor evangelista, lleva más de 25 años ayudando a la reinserción de presos, desde su Asociación Nueva Vida
Hace años ayudó a José Rabadán, 'el asesino de la catana', y ahora cree posible hacerlo con el parricida de Elche
"Se trata de educar, darles autonomía y anonimato para que no vuelva a suceder", sostiene el pastor
Santi tiene 15 años, vive en Elche y le gusta jugar a los videojuegos, como a muchos adolescentes de su edad. Es un chico tranquilo y educado. Pero un día, su nombre salta a todos los medios de comunicación, después de ser el autor de un aterrador e impactante suceso: en un arrebato inexplicable, a raíz de una discusión por sus malas notas y que sus padres le cortasen el acceso a Internet, el joven mata a su madre, a su padre y a su hermano de 10 años, con una escopeta de caza, y apila los cadáveres cerca del domicilio familiar, donde, durante tres días, permanece, entre otras cosas, disfrutando de su preciada consola, hasta confesar, con serenidad, lo que ha hecho. En ese momento deja de ser Santi y se convierte en el parricida de Elche.
Condenado a cinco años de internamiento cerrado en un centro de menores, cuando Santi salga tendrá 21 años. Y la pregunta es inevitable, ¿podrá Santi reinsertarse en la sociedad después de cometer un delito así? La respuesta: "Sí". O, al menos, "hay que intentarlo".
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Julio García Celorio: "Hay que ayudarles a ser autónomos y anónimos"
Quien responde es Julio García Celorio, pastor evangelista y fundador de la Asociación Nueva Vida, una organización sin ánimo de lucro, con sede en Santander, desde la que lleva más de 25 años ayudando en la reinserción de personas que han estado en la cárcel por sus delitos, víctimas de trata y refugiados. Para quien lleva casi la mitad de su vida dedicándose a esta labor, la reinserción, como no podía ser de otra manera, es la solución. "Hay que ayudarles a ser personas autónomas, autosuficientes y, sobre todo, anónimas. Han brillado por sus hechos y ahora tienen que ser totalmente desconocidos, para ser un ciudadano más", afirma.
José Rabadán le pidió ayuda: "Necesito prepárame para salir a la vida"
El pastor sabe bien lo que dice. Pues entre las personas a las que ha ayudado se encuentra José Rabadán, el 'asesino de la catana', quien con 16 años mató a sus padres y a su hermana con síndrome de Down, en Murcia. Esto ocurrió en el año 2000 y más de veinte años después, y tras cumplir su condena, Rabadán contactó con Celorio y se dejó ayudar por él y por los miembros de la asociación. "Necesito un sitio donde empezar a prepararme para salir a la vida". El pastor y los suyos le tendieron la mano, "fue una decisión arriesgada, difícil, pero hoy estamos muy contentos". Y es que Rabadán hoy es un hombre nuevo, independiente y padre de una niña. Un ciudadano más, anónimo, que ha luchado por dejar atrás su pasado. "Lo que más necesitó este joven fue una familia que le atendiese, que le acogiese, que le acompañase, que le ayudase a estudiar, a encontrar trabajo. La reinserción es mucho más que una terapia, es un acompañamiento", recuerda.
"Si nadie les atiende, les dan una segunda oportunidad, vuelven a reincidir"
La clave para ayudar a estas personas, indica Celorio, está en creer en las personas, en las segundas oportunidades. "Todo el mundo es susceptible de equivocarse, de cometer errores, pero todo el mundo es susceptible también de que se le de una segunda oportunidad, de arrepentirse", señala. Necesitan que alguien les acoja desde cero, para empezar de nuevo. "Si no se les atienden, vuelven a reincidir. Hay que acompañarlos, ponerles en contacto con otra gente, que sientan que pertenecen a una comunidad, que no sean dependientes de las instituciones, de las pagas…"
La Asociación Nueva Vida es para los usuarios, hayan cometido los delitos que hayan cometido, un lugar para que se encuentren consigo mismos, para sanar y para dejar atrás las puedas del camino. "Los que piden ayuda vienen con su maleta, con sus miedos, con sus prejuicios. El trabajo mayor es que bajen las barreras y bajen la guardia, cojan confianza y se dejen ayudar sabiendo que no les estamos pidiendo nada a cambio", manifiesta. "Solo un entorno de seguridad", añade.
Al parricida de Elche "se le puede ayudar. Nadie dijo que iba a ser fácil"
Para quien lleva tanto al frente de esta tarea tan difícil, el caso de Santi le causó conmoción, pero, de inmediato, su único pensamiento, "como ocurrió la primera vez -con José Rabadán- fue: 'ojalá alguien ayude a este chico', ahora y después". Porque, reafirma, "se le puede ayudar". "Ahora mismo está en shock, pero llegará un momento en que hay que intervenir, tratar de persuadirle para que reciba ayuda. No es fácil, pero nadie dijo que lo iba a ser. Se trata de ayudar", sostiene Celorio.
A ojos del pastor, quien ha ayudado a muchas personas, las condenas deben ser con el fin de reinsertar, educar para volver a vivir en sociedad, y no para castigar. Es la única manera de que hechos tan atroces "no vuelvan a suceder", afirma el pastor.