El Ministerio de Sanidad ha anunciado este viernes los territorios que podrán pasar a la denominada fase 1 de la desescalada. Una “compleja” decisión que, como ha reiterado el ministro Salvador Illa, así como el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, se ha tomado para cada territorio desde la “máxima prudencia”.
Con ello en cuenta, la propuesta que ha enviado la Dirección General de Salud Pública para el cambio de fase es la siguiente:
En su comparecencia, el ministro de Sanidad ha recordado que ha sido el esfuerzo de todos los ciudadanos, así como el “esfuerzo de los profesionales sanitarios” y el conjunto de medidas adoptadas lo que ha permitido “iniciar la desescalada en base al plan que aprobó el Consejo de Ministros”. Un plan que, ha subrayado, “ha sido elaborado teniendo en consideración las propuestas elaboradas por las comunidades autónomas”. Concretamente, ha precisado Salvador Illa, teniendo en cuenta “el 83%” de las propuestas, lo que ha dado como resultado final que el 51% de los territorios de España pasen a la fase 1.
A este respecto, el ministro ha sido incisivo a la hora de recordar que “en esta etapa de transición es más necesaria que nunca la disciplina social y atender a las recomendaciones: la distancia personal de 2 metros, el lavado frecuente de mano y la higiene en espacios públicos y privados, y en transporte público el uso de mascarilla obligatoria”.
“El plan de transición a la nueva normalidad se basa en dos pilares: la cogobernanza, para lo que hemos consensuado las opciones con las comunidades autónomas buscando la corresponsabilidad en decisiones conjuntas; trabajar juntos con las CCAA para decidir conjuntamente cuándo se está en condiciones de pasar de fase; y el segundo pilar es la cautela, que tiene tres principios: prudencia, prudencia y prudencia. Toda prudencia es poca en la desescalada, que requiere más que nunca la disciplina social”, ha recalcado Illa.
Por eso, en esa misma línea, ha dejado claro que lo más importante ahora es “consolidar lo que hemos logrado en la primera etapa, es decir, controlar la epidemia”. “En esta etapa lo más importante es que consolidemos este control”, ha insistido, explicando a continuación cómo se ha procedido a la hora de decidir que territorios pasan de fase.
“Esta semana hemos recibido las propuestas de todas las CCAA y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Se ha procedido a analizarlas por los funcionarios del Ministerio de Sanidad y las consideraciones han sido evaluadas en reuniones bilaterales: hemos celebrado 19 con todas las CCAA y las ciudades autónomas para evaluar las propuestas que nos hacían en base a las valoraciones técnicas. En base a esto hemos tomado unas decisiones consensuadas, conjuntas, relativas a qué unidades territoriales están en condiciones de progresar a la fase 1. En conjunto, poco más de la mitad de la población española están en condiciones de vivir en territorios que pueden progresar a fase 1, de --a partir del lunes-- poder tener medidas correspondientes a la fase 1. Mañana el BOE publicará la orden detallada con todas las actividades permitidas en la fase 1", ha explicado, antes de hacer un pequeño recordatorio al respecto de algunas de las actividades que se podrán realizar desde el lunes en esos territorios, así como algunas apreciaciones: "Siempre que sea posible el teletrabajo deberá seguir realizándose. Estará permitido un contacto social hasta un máximo de 10 personas. Se permite la reapertura al pública de locales minoristas con una limitación de aforo del 30 por ciento. Se tendrá que habilitar horario especial para mayores de 65. Se permite la reapertura de terrazas al aire libre, con una concentración máxima de 10 personas por mesa y aforo del 50 por ciento. También apertura de bibliotecas y museos con restricciones de aforo, así como establecimientos turísticos mientras las zonas comunes permanezcan cerradas. Se permite a las CCAA adaptar las franjas de actividad a aquellas circunstancias climatológicas de sus respectivas zonas territoriales”, ha apuntado.
Por su parte, Fernando Simón se han encargado de hacer un resumen de los criterios que se han adoptado a la hora de valorar si un territorio pasa o no a la fase 1, subrayando que se han valorado en su conjunto y destacando, entre todos ellos, dos de carácter fundamental para definir si se aprobaba o no la solicitud: “el número de camas para cuidados intensivos o para pacientes críticos disponibles por cada 10.000 habitantes y el número de camas de pacientes agudos no críticos por cada 10.000 habitantes”.
“Una vez que se cumplen esos criterios se empiezan a valorar criterios relacionados con la transmisión de la enfermedad: el número de reproducción, el número de casos que está generando cada caso; el número de contactos efectivos que se producen durante el periodo de transmisión. Este número de reproducción evoluciona a lo largo del tiempo y por lo tanto lo que tenemos que valorar es toda la función que nos indica cómo ha ido cambiando y en qué punto estamos en este momento”, ha explicado, añadiendo que otros de los criterios son “el número total de casos confirmados por PCR en los últimos 7 y 14 días por fecha de notificación; la incidencia acumulada; el número de casos sospechosos identificados; el porcentaje de esos casos sospechosos a los que se realiza una prueba de PCR, tanto en atención primaria como hospitalaria, y cuántos dan positivos”. Son criterios, ha precisado, “para valorar el riesgo y la probabilidad de transmisión”.
Junto a ellos, además, se valoran unos “criterios de gravedad” que, ha explicado, “llevarían a tomar medidas drásticas”. Estos son: “el número de pacientes hospitalizados en los últimos 7 días y el porcentaje de ocupación expresado por hospitales; el número de casos en UCI y el porcentaje de ocupación; el número de fallecidos en los últimos 7 días y la letalidad observada en los últimos 7 días”.
Por otro lado, en la toma de decisión también se valora “la capacidad del sistema para detectar precozmente así como para responder a las necesidades asistenciales y de salud pública”. En este sentido, los criterios para valorar esa capacidad de respuesta son “la capacidad de atención primaria para hacer el diagnóstico precoz; la capacidad de hacer pruebas de PCR en atención primaria a todos los pacientes sospechosos”.
Además, ha expresado Fernando Simón, “se debe tener los protocolos para hacer un seguimiento de contactos adecuado; un sistema de vigilancia para garantizar que la motorización diaria de todos los casos se hace de forma adecuada y se transmite la información; un adecuado sistema de implementación, incorporando todos los protocolos de actuación: cuarentena, aislamiento; y protocolos que aseguren un correcto manejo de residencias y centros sociosanitarios”.
No todos los criterios tienen que llegar a un “umbral de corte”, ha explicado el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, quien ha indicado que “no llegar a un nivel de excelencia en uno puede ser compensado con un nivel mayor en otro”, incidiendo en que “la valoración tiene que ser conjunta y con mucho cuidado”.
Cuestionado al respecto por los periodistas, Salvador Illa ha precisado que las comunidades autónomas podrán modificar las franjas horarias para adaptarlas a las condiciones climatológicas, dejando claro, no obstante, que las franjas son necesarias para “evitar que haya coincidencias” entre los distintos colectivos que salen a realizar las actividades permitidas.
En este sentido, al respecto precisamente de las nuevas actividades que se podrán realizar con la llegada de la fase 1, como ir a las terrazas de los bares, Illa ha explicado que estos casos “no están sometidos a limitaciones horarias
Por su parte, al respecto de lo que tardarán ahora los distintos territorios en poder seguir escalando y avanzar hacia la denominada ‘nueva normalidad’, Illa ha detallado que para pasar de fase 1 a fase 2 consideran que “lo aconsejable es estar 14 días”, es decir, el tiempo de incubación del COVID-19.
En este sentido, ha dicho textualmente que “si las cosa son magníficas” en un determinado territorio “podría considerarse” la posibilidad de ir un poco más rápido, si bien ha insistido en que el principio de actuación es la “máxima prudencia”. “Es importante tener unos datos muy afinados y muy precoces para ver de forma anticipada si hay rebrotes y decidir si habría que demorar el proceso o bien reescalar”, ha dicho.
La postura de Sanidad es clara. “No hay otra forma de abordar esto: con responsabilidad individual. Hay que tener tres cosas muy presentes: la distancia social, el lavado de manos y la higiene, y la mascarilla obligatoria en transporte público”.
En este contexto, el Sanidad confirmaba que la petición de la Comunidad de Madrid era rechazada: la capital de España no pasará a la fase 1 de la desescalada el próximo lunes 11 de mayo, tal como habían avanzado previamente fuentes del Gobierno regional, que no obstante lo volverá a proponer el 18 de mayo.
Sanidad avala la capacidad asistencial de la Comunidad de Madrid, pero aguarda a que esté más afianzada la capacidad de detección de la Atención Primaria, apostando de este modo por la precaución en el que ha sido el epicentro de la pandemia en España; la región más afectada, en la que más contagios ha habido y donde más personas han perdido la vida en la crisis del coronavirus. Solo en Madrid se han registrado más de 63.000 casos y más de 8.500 fallecimientos por COVID-19.
La Comunidad de Madrid presentó la documentación para pasar a la fase 1 este jueves por la noche, poco después de conocerse la dimisión de la directora general de Salud Pública, Yolanda Fuentes, quien se ha manifestado en desacuerdo con la decisión del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, que defiende que Madrid necesita "lo antes posible" reanudar la actividad económica.
En la documentación alegaban que desde abril ha habido un descenso de un 84 % en el número de hospitalizados en la Comunidad de Madrid y de un 64 % en el de ingresados en UCI. Sin embargo, el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, ha admitido este viernes que la región no cumple las ratios de camas por habitante que exige el Ministerio de Sanidad, si bien ha segurado que pueden alcanzarlo gracias a la "flexibilidad" y a la "capacidad de respuesta" del sistema sanitario de la región.
En este sentido, la Comunidad de Madrid volverá a solicitar el cambio de fase el próxim 18 de mayo. De acuerdo a las condiciones sobre cómo y cuándo se debe hacer la solicitud del cambio de fase, el BOE señala quese ha de realizar con una semana de antelación a la fecha propuesta para su aprobación.