Los expertos lo tienen claro. Sanidad da un paso adelante y dos atrás y sus medidas son tan contradictorias como apresuradas. Con las mascarillas tenemos el último ejemplo. Obligar a usarlas al aire libre mientras existen interiores donde el riesgo es mayor y se ve a la gente sin ellas, no convence a nadie. Un ejemplo son las terrazas cubiertas, no las de toda la vida. Las primeras ponen los pelos de punta a los expertos porque consideran que son lugares sin ventilar en los que el contagio y más con gente no conviviente es más factible. No en las normales, a las que se debería dar más margen porque sí están al aire libre. Otro punto de controversia es el fumar.
"Si seguimos exigiendo mascarillas al aire libre, incluso para tomar el sol, y no valoramos y tenemos en cuenta la calidad del aire que respiramos en espacios cerrados (colegios, oficinas y centros sanitarios) y la transmisión por aerosoles nos van venir tsunamis en vez de olas", confirma Julio Armas Castro, que lucha contra la covid todos los días.
La transmisión de los contagios, con 8.534 nuevos positivos, sitúa la incidencia acumulada en 152,2 casos y coloca a España de nuevo en riesgo alto (más de 150 por cada 100.000 habitantes en 14 días), una situación de la que había salido a principios de marzo. Ante estas cifras y a las puertas de Semana Santa, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha pedido "máxima precaución" y "máxima prudencia" porque "estamos en un momento crítico". Y ahora llega Semana Santa y con ella las imágenes de terrazas llenas.
Seguimos a algunos expertos en sus redes y son muy claros. Como José Luis Jiménez, profesor de la universidad de Colorado (Estados Unidos) y uno de los grandes expertos mundiales en la transmisión por aerosoles, que no da crédito ante el nuevo concepto de terraza que tienen casi el mismo riesgo que los interiores. Ignacio Rosell, está de acuerdo con ello y alerta de los riesgos no sin recomendar echar un ojo a la 'Evidencia epidemiológica acerca del rol de la hostelería en la transmisión de la covid de Usama Bilal, Pedro Gulló y Javier Padilla-Bernáldez.
En dicho informe queda claro que los interiores mal ventilados donde el uso de mascarilla no es posible, como los negocios de hostelería, pueden suponer un lugar de alto riesgo para la transmisión del SARS-CoV-2. Los autores dejan claro tras analizar 20 estudios que estudian el rol de la hostelería en la epidemiología del COVID-19 que las intervenciones relacionadas con la disminución de los contactos sociales en el interior de negocios tienen la capacidad para disminuir la velocidad de transmisión.
"El cierre de la hostelería es una de las medidas más efectivas para disminuir la incidencia o mortalidad", aunque los autores son conscientes de su impacto económico. Los estudios de brotes muestran la capacidad de los establecimientos de hostelería y restauración para generar eventos de super-contagio, a la vez que enfatizan la importancia de controlar las corrientes de aire y la correcta ventilación del interior de los establecimientos. No solo eso, en el contexto de la transmisión por gotículas respiratorias es importante disminuir las situaciones donde mantener una distancia física sea complicado.
Siendo todos conscientes de la necesidad de respiro de la hostelería, es que al menos se apuesten por terrazas al aire libre. Todo ello teniendo en cuenta que no se puede acudir a una terraza con síntomas o ya, en el colmo de la falta de integridad, siendo positivo. como denuncia un sanitario en las redes. Y ue siempre es mejor estar con tu burbuja en ella y no compartirla, si es posible, con gente ajena a tu día cotidiano.