¿Quién está a favor del endurecimiento del uso de las mascarillas? Sanidad ha dado un paso que ya se ha puesto en cuestión por las comunidades en las que la playa supone un elemento clave y más en estos días de puente, aunque se vean más playas vacías que de costumbre, por las restricciones. Pero el hecho de tener que llevarla en la playa es una medida que no gusta ni a gran parte de los epidemiólogos y que también va a generar complicaciones a los dermatólogos.
El Ministerio de Sanidad y las comunidades trabajarán "de manera técnica" para intentar elaborar unos criterios de aplicación de la ley de "nueva normalidad" que contempla la obligatoriedad del uso de las mascarillas aún manteniendo la distancia de seguridad de 1,5 metros. Lo ha anunciado la ministra de Sanidad, Carolina Darias, en rueda de prensa tras presidir por videoconferencia el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, que se ha celebrado en Valladolid y en la que ha comparecido junto a la consejera de Sanidad de la Junta de Castilla y León, Verónica Casado.
La norma fue publicada ayer en el Boletín Oficial del Estado (BOE) y es fruto del trabajo parlamentario a partir del real decreto de nueva normalidad que se aprobó en junio para tramitarse como proyecto de ley. Fue el pasado 18 de marzo cuando el Pleno del Congreso aprobó definitivamente la ley tras la luz verde del Senado, donde se introdujo una enmienda -del PSOE- que fijaba la obligatoriedad de la mascarilla incluso manteniendo la distancia de seguridad, cuando hasta entonces el texto la contemplaba si no se podía mantener la distancia de 1,5 metros. Esta ley ha sido objeto de análisis en el Interterritorial, donde Darias ha ofrecido a los consejeros, que también así lo han considerado, trabajar "de manera técnica" para intentar "dentro del margen" que posibilita la norma intentar elaborar unos criterios técnicos de aplicación. La idea es que en el próximo Interterritorial se aborden las pautas marcadas tras ese trabajo técnico.
Algunas comunidades ya se han pronunciado, como Baleares que interpreta que la mascarilla no es obligatoria en playas y espacios naturales para quienes van solos o con sus convivientes y mantienen la distancia respecto a los demás, pero sí en las reuniones sociales en esos lugares, al margen de lo que diga la ley estatal. Por su parte, el consejero cántabro de Sanidad, Miguel Rodríguez, ha señalado que la ley se podrá "matizar" entre el Gobierno y las comunidades porque ha quedado "descontexualizada". Un caos pues. Otro más.
Canarias entiende que la nueva normativa sobre el uso de mascarilla en espacios públicos no altera las excepciones aprobadas en cada comunidad autónoma, que en el caso de las islas amparan a quien se la quite para tomar el sol en la playa si está en su toalla y las personas que le rodean se encuentran a distancia de seguridad. "Canarias entiende que las normas que ha utilizado hasta ahora siguen estando amparadas por la nueva normativa", ha señalado el portavoz del Ejecutivo autonómico, Julio Pérez (PSOE).
El Gobierno de Canarias ampara su interpretación de esa ley en el final de su artículo 6.2: "Tampoco será exigible en el caso de ejercicio de deporte individual al aire libre, ni en los supuestos de fuerza mayor o situación de necesidad o cuando, por la propia naturaleza de las actividades, el uso de la mascarilla resulte incompatible, con arreglo a las indicaciones de las autoridades sanitarias".
José Luis Jiménez, catedrático de Química de la Universidad de Colorado (EE UU) y autoridad mundial en aerosoles considera en declaraciones al diario Información que la ley “es útil en una ciudad con mucha gente, una terraza. Pero no tan útil en la playa o el campo si se guarda mucha distancia. Lo peor es que la normas ilógicas generan más confusión y resistencia". Y como él opinan muchos. Se ha pasado de no considerar la mascarilla necesaria, no promover el uso de las ffp2, a obligar a su uso al aire libre cuando lo que más habría que vigilar es la ventilación de interiores bien hecha, y la mascarilla con los no convivientes sin relajaciones.
Antonio García Salido, intensivista, da en el clavo en sus redes al destacar que la “fatiga pandémica” también es tomar medidas que no tienen base estando al aire libre. En ausencia de aglomeraciones obligar a esto generará agotamiento e incumplimiento. Se pierde la confianza en quien decide. Creo que es una decisión que caerá en no mucho tiempo.
El experto Alex Arenas también se muestra muy crítico con la medida cuando hacen falta más medidores de C02, vitales cuando estamos ante un virus que se transmite por el aire o el aumento de test, según relta a Niushttps://www.niusdiario.es/sociedad/sanidad/epidemiologos-critican-ley-mascarillas-han-perdido-norte-problema-no-esta-aire-libre_18_3114570233.html?amp=true#utm_source=social&utm_medium=cuatro.
El uso de mascarillas, guantes, lavado frecuente de manos y el uso de geles hidroalcohólicos a causa del coronavirus están desencadenando un aumento en el desarrollo, empeoramiento o sobreinfecciones de algunas enfermedades de la piel como dermatitis irritativa de contacto, principalmente en las manos y rostro, y el empeoramiento de enfermedades preexistentes como acné, rosácea, dermatitis seborreica y dermatitis atópica.
Los expertos como José Carlos Pascual, especialista de la Unidad de Dermatología del Hospital Quirónsalud de Torrevieja (Alicante) han manifestado estas contraindicaciones desde el inicio de la pandemia. No parece que llevar la mascarilla al sol ayude. Las mascarilla no protege de los rayos ultravioleta, por lo que habrá que echarse crema en la cara.
Entre los síntomas que podemos encontrar en la piel "pueden manifestarse como rojeces que pican especialmente en las zonas en contacto con la mascarilla, esto se denomina dermatitis irritativa, así mismo pueden favorecer el desarrollo de acné, sobre todo en mujeres de edad adulta.
Este acné de la edad adulta se caracteriza por la aparición de pápulas (granos rojos) y pústulas que se localizan alrededor de la boca y en la barbilla", señala el doctor Pascual, que añade "otro grupo de pacientes especialmente en riesgo de complicaciones cutáneas por el uso de mascarillas son aquellos que tiene rosácea, enfermedad que se asocia a una piel muy intolerante ante cualquier agresión física, como el frío, el calor, el sol o los cosméticos".
Ante la reciente publicación en el BOE de la Ley 2/2021, de 29 de marzo, "de medidas urgentes de prevención, contención y coordinación para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19", la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) considera que endurecimiento del uso de las mascarillas cuando no resulta necesario puede ser contraproducente.
La nueva norma establece a nivel estatal la obligatoriedad, ya vigente por normativa autonómica, de que todas las personas de seis años en adelante usen también mascarilla en la vía pública y en espacios al aire libre sin introducir la matización de que ello se haga si no es posible mantener la distancia de seguridad, lo que supone para OCU "un paso innecesario".
Según la organización, las autoridades sanitarias deben informar correctamente a la población y explicar las razones existentes detrás de cada medida coercitiva o que limite la libertad de los ciudadanos, así como establecer una adecuada proporcionalidad.
Teniendo en cuenta que existe un consenso en que la covid-19 se transmite fundamentalmente por vía respiratoria y a corta distancia entre personas que, sin respetar la distancia física, mantienen una interacción de al menos unos pocos minutos y sin mascarilla, OCU considera coherente el establecimiento de medidas de mantenimiento de la distancia física entre las personas no convivientes y el uso de mascarillas cuando no sea posible hacerlo.
También la ventilación de los espacios cerrados y las restricciones de aforo son medidas básicas, ya que también se considera posible la transmisión por vía aérea a través de los aerosoles de más pequeño tamaño que quedan en suspensión un tiempo prolongado en el aire, especialmente en espacios mal ventilados con alta concentración de personas.
Sin embargo, ante la situación de cansancio psicológico y volumen de impactos informativos contradictorios a los que se han visto sometidos los ciudadanos, OCU considera importante priorizar las medidas que siguen siendo fundamentales. "Obligar a una medida en circunstancias en las que es innecesaria (en espacios al aire libre donde la distancia de seguridad puede estar garantizada) puede incluso desembocar en un hartazgo que, por extensión, haga que se deje de respetar en aquellas situaciones en las que sigue siendo muy necesaria", afirman.