Cómo elegir la mejor silla para trabajar en casa.Pixabay
Invertir en una buena silla ergonómica es básico para teletrabajar sin poner en riesgo tu salud
Es posible que su precio sea elevado, pero se trata de una compra que merece la pena: evitarás lesiones y dolores
Tener en cuenta tus medidas y tu peso es básico para encontrar la silla que mejor se adapte a tu caso
En plena era del teletrabajo, la responsabilidad de utilizar el mobiliario de oficina adecuado para proteger nuestra salud recae en nosotros. Por eso es importante obtener un buen asesoramiento e informarse adecuadamente antes de comprar tu escritorio, tu ordenador... y tu silla de trabajo. Se trata, quizás, del elemento más importante de todos, ya que (aunque a todos nos gustaría que no fuera así) tendrás que pasar muchas horas sentado en ella. Dolores de espalda, contracturas e incluso lesiones permanentes pueden aflorar si tu postura no es la adecuada. También puede ayudarte a evitar estos problemas hacer uso de estos ejercicios para eliminar el dolor de espalda. ¿Cómo elegir la mejor silla para trabajar en casa?
No vamos a andarnos con rodeos: invertir en una buena silla nos obligará, con toda probabilidad, a gastar en ella más de lo que hayamos gastado jamás en cualquier otra silla presente en nuestro hogar. Puede que pensemos que no merece la pena o que la diferencia entre una buena y una mala silla no puede ser tan grande. También es posible que nos 'pueda' la estética (al fin y al cabo, no siempre contamos con un espacio exclusivo para el teletrabajo en casa) y que decidamos comprar una silla minimalista, sin un gran respaldo o reposabrazos, y sin un diseño pensado específicamente para proteger nuestra postura y nuestra espalda. Estos son dos errores clásicos a la hora de elegir una silla de trabajo que debes evitar a toda costa.
Es importante tener en cuenta que, dadas las largas horas que pasamos en el escritorio, día tras día, semana tras semana... las implicaciones de una mala postura para nuestra salud pueden ser enormes. No solo se trata de molestias y dolor puntual, sino de una mayor probabilidad de sufrir lesiones, un peor rendimiento laboral, problemas de sueño, estrés, cansancio o fatiga, problemas vasculares... En definitiva, una peor calidad de vida.
Para evitarlo, estos son algunos factores que debes tener en cuenta para elegir una silla de trabajo a tu medida:
Elige una silla ergonómica. Esto significa que su diseño debe estar pensado teniendo en cuenta tu seguridad, tu comodidad y tu salud.
Prueba siempre tu silla antes de comprarla. No te conformes con un diseño que parezca ergonómico a simple vista: es importante que pruebes tu silla y que te muevas con ella, explorando las opciones de adaptabilidad que ofrece. Aunque comprar online es más fácil que nunca, este tipo de mobiliario (al igual que ocurre con colchones, sofás, butacas...) debe probarse in situ.
Ten en cuenta tu físico. No es lo mismo medir dos metros que un metro y medio, ni es lo mismo pesar 100 kilos que 50. Tus dolencias previas también son importantes: no todas las sillas son para todo el mundo.
Es mejor una silla con un respaldo alto. Es cierto que las sillas altas no son tan bonitas como las que cuentan con un respaldo bajo, ya que las segundas pasan más desapercibidas y suelen contar con diseños más discretos y estéticos. Sin embargo, es muy importante que tu espalda pueda apoyarse totalmente y que también puedas apoyar tu cabeza. Notarás la diferencia.
Ante la duda, compra una silla con reposabrazos. Este elemento es básico para que los brazos queden alineados a la altura de la mesa y, por tanto, para poder trabajar en una posición agradable.
Conoce los parámetros de una postura adecuada. Tus pies deben quedar apoyados en el suelo en posición de 90 grados para una correcta alineación. Además, la parte posterior de tus rodillas debe quedar libre de presión, y debes poder apoyarte con comodidad en el respaldo, de forma que se respeten las curvas naturales de tu cuerpo. En cuanto al reposabrazos, es necesario que permita un ángulo de entre 90 y 105 grados.
Un soporte amplio garantizará mayor estabilidad. Y menor riesgo de accidentes. Si, además, tu silla tiene ruedas, mucho mejor, ya que te permitirá jugar con tu postura con más facilidad y encontrar la más correcta en cada momento. Podrás utilizar su movimiento para alejarte de tu escritorio por unos minutos, estirar...
Busca una silla ajustable. La mayoría lo son, pero conviene recordarlo. Una silla que permita regular la altura y ángulo de sus elementos clave te ayudará a encontrar la postura perfecta. También conviene que sea reclinable.