Trucos para crear un espacio de trabajo en casa para teletrabajar sin sufrir
Lucía SicreMadrid
Cómo crear un espacio de trabajo en casa.Pixabay
Trabajar desde casa es el sueño de muchos, pero puede convertirse en pesadilla si te falta un espacio adecuado
Ante la duda, invierte más en una buena silla y elige un espacio con luz natural, separado del resto
Rodéate de tonos suaves y materiales nobles y delimita tu zona de trabajo
Trabajar desde casa es un sueño para muchos, aunque el día a día del teletrabajo tenga luces y sombras: gestionar tu tiempo de forma más libre, ahorrar en desplazamientos, contaminar menos, poder permitirte retrasar el despertador unos minutos cada mañana sin miedo a llegar tarde a la oficina, alternar tareas a tu antojo... Con todo, es importante encontrar un espacio adecuado y componerlo a tu medida para que el sueño no se convierta en pesadilla una vez se haga realidad. Si estás pensando en invertir en un espacio de trabajo en casa con carácter permanente, toma nota de estos consejos para convertir tu despacho en el área de trabajo perfecta.
Lugar de trabajo en casa: consejos para crear un espacio a tu medida
Crear un despacho en casa pasa por elegir de forma inteligente qué elementos necesitamos, invirtiendo en las piezas adecuadas y buscando que el emplazamiento elegido sea realmente el más adecuado para que podamos ser productivos y trabajar de forma cómoda y relajada. No es tarea fácil: no siempre tendremos la suerte de disponer de un despacho independiente, por lo que a veces toca crear una separación virtual que nos permita aislarnos del resto y concentrarnos.
Sea cual sea tu caso, toma nota de estos consejos para diseñar tu espacio de trabajo en casa:
La iluminación es clave. Elige un lugar en el que tengas luz natural suficiente (sin cegarte) para poder desarrollar tu jornada laboral sin recurrir a lámparas ni iluminación artificial, en la medida de lo posible y durante el máximo tiempo. Además, si entra sol directo, deberás invertir en algún sistema que tamice la luz, o bien reubicar tu zona de trabajo para que la luz no te incida de forma molesta. En cualquier caso, no le des la espalda a la entrada a la luz: su reflejo te deslumbrará. Lo ideal es que entre por tu izquierda si eres diestro (y por tu derecha si eres zurdo), de forma suave y suficiente.
Elige un punto tranquilo. Por ejemplo, debes huir a toda costa de cualquier zona de paso y, en general, de cualquier espacio en el que se generen distracciones y mezclas de tareas de forma natural. El salón no suele ser lo más recomendable, ya que será habitual que tengas que coexistir con la tele puesta, el ruido o las interrupciones por parte de otros miembros de tu familia... Si no te queda más remedio que compartir espacio con los demás, hay formas de sectorizar de forma virtual: colocar una alfombra que delimite tu zona de trabajo, usar biombos, cortinas, plantas, puertas correderas o cualquier sistema modular para crear cierta independencia... También conviene evitar el dormitorio: tu zona de descanso debe estar separada de tu zona de máxima actividad mental.
Utiliza tonos suaves y materiales nobles. Cada cual tiene sus propios gustos pero, en general, las zonas de trabajo inspiran más paz y tranquilidad cuando se decoran con tonos claros y neutros: blanco, madera, beige, cristal, grises, tonos pastel... Huye de las estridencias y busca la simplicidad y la limpieza de formas, así como el orden más absoluto: mejor categorizar tus cosas y guardarlas en carpetas o cajas cuando no necesites tenerlas a mano constantemente. Además, materiales como la madera natural ayudan a trabajar de forma más armoniosa: si puedes invertir en ello, no lo dudes.
Piensa antes de gastar. Por ejemplo, es importante (y mucho) invertir en una buena silla de trabajo (tu espalda te lo agradecerá). También conviene tener claro qué espacio de almacenamiento será necesario, si necesitas un escritorio amplio o si te basta con uno reducido (por ejemplo, en caso de que solo necesites un ordenador y nada más). La iluminación también es clave: elige puntos de luz agradables y suficientes para cuando tengas que recurrir a luz artificial. Puede que también necesites invertir en tecnología para tus reuniones virtuales, así como en una buena impresora, un altavoz o auriculares de calidad... No pierdas de vista este último punto a la hora de definir tu presupuesto.
Invierte en plantas. Una planta siempre es una buena inversión: alegrará tu espacio de trabajo, eliminará malas vibraciones y decorará tu mesa. Además, puedes utilizarlas para crear una separación flexible entre tu zona de trabajo y el resto de la estancia. En general, rodearse de elementos naturales hace que nos sintamos más en armonía, y esto es básico para trabajar mejor.
Por último, conviene fijar ciertas reglas en casa para que tu tiempo de trabajo sea verdaderamente eficiente y, sobre todo, para que puedas separar eficazmente tu tiempo laboral de tu tiempo personal. Lo ideal es que el resto de miembros de la familia tengan terminantemente prohibido interrumpirte salvo caso de emergencia, del mismo modo que ocurriría si estuvieras en la oficina. Además, debes fijar claramente cuál es el momento en el que finaliza tu jornada laboral, y no saltarte esta regla: suena obvio, pero la cercanía de tu escritorio no debe condicionarte. Tu jornada termina cuando termina, y no se reanudará hasta el día siguiente.