Sherri Richardson, una australiana de 38 años, madre de cuatro hijos, es toda una especialista en la eliminación de piojos, esos molestos insectos parasitarios que, aferrándose comúnmente a nuestro cuero cabelludo, lo invaden provocando una insoportable sensación de picazón tras nutrirse de nuestra sangre.
Dedicándose profesionalmente a librarnos de ellos, en el centro en el que Sherri trabaja, en Perth, Australia, cuentan con más de 9 años de experiencia, pero no ha sido hasta ahora cuando se ha topado con un caso tan sumamente impresionante que ha querido compartirlo a través de las redes sociales para dar cuenta de las graves consecuencias que puede tener no atajar la eliminación de estos insectos a tiempo.
Concretamente, cuenta el caso de una niña que sufrió una colonización masiva de piojos en su cabeza después de que, debido a un estricto confinamiento de 8 semanas impuesto en su región para controlar la transmisión del coronavirus, viese como estos insectos parasitarios se multiplicaban en su cuero cabelludo al no salir a la calle y ser llevada a un centro especializado para ser tratada.
En las imágenes, publicadas en TikTok por Sherri, quien además habitualmente comparte en las redes consejos para luchar contra estos insectos parasitarios, se aprecia cómo pasa un peine especial sobre el cabello de su pequeña clienta y, de pronto, dicho peine se llena completamente de toda una legión de piojos. La niña, para la desesperación de su madre, tenía cientos de piojos en su cabeza, tal como recoje el medio Daily Record.
Según expresa Sherri, como sucede hoy con el coronavirus, esto es otra muestra de la rapidez con la que un brote puede salirse de control; también en el caso de los piojos, cuando forman una colonia que se extiende desenfrenadamente por el cuero cabelludo.
“Esta infestación no tiene más de ocho semanas. Mirad cuántos tamaños diferentes hay”, expresa en el vídeo, que desde su publicación cuenta con más de cinco millones de visualizaciones.
La buena noticia, no obstante, es que los tratamientos contra ellos son efectivos y después de pasar por el cuidado de Sherri, la situación de la niña mejoró rápidamente; tanto que tras una semana prácticamente habían desaparecido los piojos.