Los aceites esenciales son parte de nuestra cultura: nos han acompañado desde tiempos inmemoriales y sus propiedades (tan variadas como lo es la tipología de estas sustancias) están más que probadas. Su uso tiene algo de ritual: se trata de aceites que requieren un delicado proceso para materializarse y que nos permiten dedicarnos un momento de pausa para cuidarnos y mimar nuestro cuerpo. Su uso se relaciona, de hecho, no solo con la salud y la cosmética, sino también con fines religiosos. ¿Qué son los aceites esenciales? ¿Cuáles son las propiedades de los aceites esenciales?
Los aceites esenciales son aceites muy concentrados y con una textura (aunque suene contradictorio) muy poco aceitosa. Se suelen usar en cantidades muy pequeñas y suele venir envasado también en formatos de pequeño tamaño. Debido a su alta concentración, suelen tener un olor intenso, penetrante y muy agradable, y existen muchísimos tipos en función de su fuente de procedencia: pueden extraerse de flores, hojas, resinas, frutas o raíces. En cuanto a su uso, pueden diluirse con otros aceites (de almendra, de oliva...) o con agua, o bien utilizarse directamente, en función del tipo y de la finalidad que tengamos en mente.
Tal y como explican desde la web Aceitesesenciales.com, existen dos principales métodos para la producción de aceites esenciales:
Por último, también es posible sintetizarlos y obtener aceites esenciales de forma artificial, lo que abarata su coste pero determina también su calidad.
Existen muchísimos tipos de aceites esenciales distintos. De ahí que las propiedades de este tipo de sustancias sean muy variadas. Algunos se utilizan para la limpieza el hogar (limpiador multiusos, desinfectante, repelente para insectos, control de plagas, purificación del aire...) Otros con fines relacionados con la cosmética y la relajación (mejorar el sueño, rejuvenecer e hidratar la piel, dar masajes, aromatizar baños relajantes, reducir la celulitis, reducir el acné, uso como perfume natural, salud capilar...)
Además, los aceites esenciales también tienen propiedades relacionadas con la salud: alivio de la migraña, reducción de la tos, mejora de los resfriados, tratamiento de quemaduras y heridas, mejora de la digestión, calmante para picaduras de insectos, mejora para la circulación...
Algunos de los aceites esenciales más conocidos son el aceite esencial de árbol de té (muy utilizado para el tratamiento del acné, como desodorante natural, anti bacteriano, tratamiento contra los piojos...), el aceite esencial de lavanda (ideal para tratar el insomnio, ya que se trata de un sedante natural, así como para combatir las migrañas), el aceite esencial de limón (se usa para tratar heridas y verrugas, y como antifúngico, siendo reparador y cicatrizante) o el aceite esencial de romero (perfecto par dar masajes y muy utilizado en aromaterapia).
También son muy conocido el aceite esencial de sándalo (fortalece el cabello, suaviza la piel y relaja), el aceite esencial de manzanilla (usado en masajes para deportistas, por sus cualidades antiinflamatorias y calmantes), el aceite esencial de caléndula (con grandes propiedades antibacterianas y potente fungicida, muy utilizado como tónico facial y limpiador), o el aceite esencial de eucalipto (utilizado para combatir los ácaros, y también en cosmética del cabello).