La ansiedad, el estrés y la depresión se han convertido en las grandes epidemias del siglo XXI. Miles de personas padecen estas enfermedades que afectan directamente a nuestra mente y, por consiguiente, a nuestro estado de salud.
Trabajo, relaciones, salud... pueden llegar a ser muchos los imprevistos a los que enfrentarnos diariamente y que sobrepasan nuestros límites. A continuación, cinco medidas, validadas científicamente, que podrían mejorar la perspectiva mental y, debido a que la mente y el cuerpo están entrelazados, también la salud general de quienes sufren problemas de ansiedad y depresión, según informa CNN. Ser optimista
Los estudios son positivos: mirar el lado positivo de la vida es bueno para la salud. Los optimistas tienen un 35% menos de posibilidades de morir de un ataque al corazón o un derrame cerebral. Además, suelen llevar una dieta saludable, duermen mejor y hacen ejercicio regularmente. Incluso, pueden vivir más tiempo. De hecho, un estudio de 2019 reveló que las personas con una perspectiva más positiva tenían más probabilidades de vivir hasta los 85 años o más.
Varios estudios han demostrado que poner el bienestar de los demás antes que el nuestro sin esperar nada a cambio, o lo que se llama ser altruista, estimula los centros de recompensa del cerebro. Esos productos químicos que se sienten bien inundan nuestro sistema, produciendo una especie de "efecto de ayuda".
También hay beneficios físicos: los estudios demuestran que el voluntariado minimiza el estrés y mejora la depresión. Puede, además, reducir el riesgo de deterioro cognitivo.
La ciencia determina que ser agradecido protege contra la ansiedad y la depresión y aumenta el optimismo. Una de las mejores maneras de llevarlo a cabo, según afirman los expertos, es llevar un diario y antes de irnos a dormir, anotar las experiencias positivas del día y así cultivar la gratitud. "Simplemente para recordar a las personas que están en nuestras vidas de quienes hemos recibido algún tipo de ayuda".
"Las personas que están más conectadas socialmente con la familia, los amigos, la comunidad, son más felices, son más saludables físicamente y viven más que las personas que están menos conectadas", reveló el psiquiatra de Harvard, Robert Waldinger. No es necesario tener una relación comprometida o tener muchos amigos para obtener este beneficio. Lo que importa es la calidad de la relación. "Los matrimonios de alto conflicto, por ejemplo, sin mucho afecto, resultan ser muy malos para nuestra salud, quizás peores que el divorcio", manifestó.
Es importante encontrar propósitos. Pues esto contribuirá en gran medida a aumentar el bienestar y tener una vida más larga y feliz, según los expertos. "Si su único deber es lograr lo mejor para usted, la vida se vuelve demasiado estresante, demasiado solitaria: está preparado para fracasar. En cambio, necesita sentir que existe para algo más grande, y ese mismo pensamiento reduce la presión", afirma el psicólogo de la Universidad de Pensilvania, Martin Seligman.