Los investigadores de la Universidad de Lancaster en el Reino Unidos y la Universidad de Oregon en Estados Unidos han llevado a cabo un estudio que advierte de que lograr el embarazo es tan importante para la vida de las personas como evitarlo.
Los expertos han afirmado que, “la capacidad de decidir si, cuándo y con qué frecuencia reproducirse es un derecho humano y un objetivo biomédico y social. Si bien los intentos biomédicos para abordar la infertilidad han proliferado, su disponibilidad se ha distribuido de manera desigual a las personas y parejas que necesitan acceso a los servicios”.
Llegados a este punto han llegado a la conclusión de hay muchas personas que están excluidas de este seguimiento, los servicios y el tratamiento de fertilidad. Estas personas son las denominadas, 'infértiles invisibles', y tienen la capacidad estructural limitada para asegurarse un derecho humano de reproducción.
Asimismo, el análisis también ha destacado las exclusiones sistemáticas y vinculadas de los grupos marginados de la vigilancia de la salud reproductiva y la provisión pública u privada de atención de la salud reproductiva.
Estas incluyen a: ancianos, no blancos, padres solteros, clase trabajadora, LGBTQ, geográficamente remoto, menos educado, VIH positivo, personas institucionalizadas y discapacitadas.
Finalmente, los investigadores han concluido afirmando que, “para los grupos marginados, la prevención del embarazo y la anticoncepción tienen prioridad sobre la maternidad y la crianza. Esto contribuye a la invisibilidad de la infertilidad entre los grupos marginados y socava la salud reproductiva como un objetivo poblacional más amplio y un derecho humano”.