El ‘bullying’ está siendo un problema para miles de niños en todo el mundo, menores que se suicidan o sufren grandes depresiones tras sufrir acoso por parte de sus compañeros que les hacen la vida imposible. Insultos, violencia, soledad, es lo que aguantas estos niños durante años, dejándoles secuelas psicológicas que arrastrarán para el resto de sus vidas.
La responsabilidad la tenemos los padres y los educadores, no debemos mirar para otro lado ni pensar ‘mi hijo no sería capaz de hacerlo’. Todo empieza en casa, si desde pequeños crecen en el respeto al diferente, difícilmente serán esos niños acosadores que hacen la vida imposible al débil o al distinto.
Si a pesar de que el menor incurre en el acoso escolar a otros niños, ahí deben de estar los padres para hacerles ver las consecuencias de sus actos. Algunos padres han descubierto lo que hacían sus progenitores y han decidido someterles a castigos ejemplares para que se lo piensen la próxima vez.
Una madre de Carolina del Norte cansada de la actitud de su hija, decidió castigar a la adolescente colgando en Facebook una foto de ella en la que aparece sujetando un cartel en el que confiesa ‘su delito’.
"Soy una chica inteligente pero he tomado malas decisiones en las redes sociales. Como castigo venderé mi iPod y donaré el dinero a una asociación benéfica de lucha contra el bullying para crear conciencia. Porque el bullying es malo"
Timothy Robenhorst, el padre de Kayden, se enteró de que su hijo estaba haciendo bullying a un compañero del colegio y no dudó ni un segundo en imponerle un duro castigo: Le obligó a hacer trabajos de jardinería, sesiones de ejercicios a primera hora de la mañana y a aprender a pedir perdón.
Ocho kilómetros a pie durante una semana para ir al colegio. Este fue el castigo de un padre de Ohio, EE. UU., a su hija de 10 años que fue expulsada del autobús escolar por acosar a un compañero.
Después de intentarlo todo sin éxito, un padre de Killeen, en Texas, obligó a su hijo de 9 años, implicado en varios casos de acoso escolar, a exhibirse con un cartel junto a una de las más importantes avenidas de la ciudad animando a los conductores a tocar el claxon si reprueban este tipo de conducta.