Hoy, van a continuar las labores de rastreo para dar con alguna pista de Anna y Olivia, las dos niñas desaparecidas en Tenerife junto a su padre. El trabajo del buque Ángeles Alvariño está siendo muy complicado por lo rocoso del terreno. También se están reconstruyendo todos los movimientos de Tomás Gimeno y así los investigadores podrán confirmar si, como ya sospechan, el padre pudo utilizar piedras para lastrar los cuerpos de Anna y Olivia al fondo del mar.
La Guardia Civil ha desembarcado en el puerto de la Marina de Tenerife con un láser escáner. Una cámara que gira 360 grados para captar escenarios en tres dimensiones. En cada captura tarda 20 minutos. La han colocado en el lugar donde aparcó su vehículo Tomás Gimeno y en el pantalán donde tenía atracada la lancha.
Tratan de grabar desde diferentes ángulos el escenario crucial para la investigación. Se trata de saber si el padre de Olivia y Anna pudo embarcar a sus hijas ocultas en los bultos que llevaba. Tomas aparcó su coche del que sacó 6 bultos para trasladarlos hasta su barca en tres viajes. Tres viajes captados por las cámaras en los que se le vio con dos petates sospechosos por su dimensión. Pero en las imágenes de vídeo no pueden más que aproximar el tamaño y quieren saber el volumen para comprobar si las niñas podían estar dentro.
Con esta técnica tendrán volumen real y para eso superpondrán las imágenes planas de las cámaras en el escenario virtual que hoy graban en tres dimensiones. Podrán calcular las dimensiones exactas y reconfirmar sus sospechas. La posibilidad de que Tomás llevara a sus hijas dentro de esos petates y las embarcara. Además el análisis permitirá examinar la postura de Tomás Gimeno, cómo sería ese trayecto del coche a la barca sin peso, o con el peso de sus hijas. O con más peso incluso si como suponen llevaba piedras también para lastrarlas. Tomás además tenía las costillas todavía convalecientes. Se puede analizar el grado de inclinación de su cuerpo cuando trasladaba los bultos.
También servirá para que el Ángeles Alvariño tenga exactitud de las medidas de los objetos y bultos que busca en el fondo del mar. Eso facilitará la interpretación de los biólogos que intentan descifrar los ecos del sónar cuando rebotan en forma de imagen. Antes de bajar el robot a grabar se pueden cribar muchas de las imágenes del sónar si tienen más claro lo que se busca.