La Guardia Civil busca nuevos elementos para inculpar al principal sospechoso de la muerte de Esther López en Traspinedo (Valladolid). Se trata de Óscar, el último amigo que la vio con vida y que este lunes negaba ante la juez su implicación. Un caso que dio un giro total gracias al Equipo de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico de la Benemérita (ERAT). Ante la hipótesis apuntada en la autopsia de que la víctima fuera atropellada, ellos analizaron toda la escena para averiguar si fue arrollada allí mismo y qué tipo de vehículo pudo estar implicado.
Las pruebas de frenada son fundamentales "para conocer la velocidad a la que circulaba el vehículo". La Guardia Civil reconstruye casos para determinar puntos clave en sus investigaciones. "El rozamiento ha sido de 0,96", explica en uno de estos ejercicios Víctor Rojas, agente de la Guardia Civil ERAT.
En un ejemplo de reconstrucción, han atropellado a un ciclista: fotografían, miden y analizan "las huellas y vestigios que había en el momento de los hechos", según detallan los agentes. Asimismo, escanean la escena. El equipo del ERAT vuelve de la carretera después regresa con sus mediciones. Su trabajo y el programa de simulación de accidentes se convertirán en prueba objetiva e infalible.
"Lo que generamos es una nube de puntos con la realidad digital. Esto lo hacemos tanto en la vía sobre la que se produce el hecho como en los vehículos", explican los agentes del ERAT mientras muestran imágenes de su método de investigación.
Si no hubiera un coche implicado, lo señalarían. En el caso de la muerte de Esther López sí lo habría, un todoterreno o tipo SUV. "Nosotros nos basamos en el informe médico forense el casar con la interacción que ha tenido en el vehículo que le ha causado esas lesiones", precisa uno de los agentes del ERAT.
"La simulación con el programa 'PC Crash' nos tiene que reconstruir esa dinámica real. Impacta contra el cristal, es transportado por una zona... Nuestra intención es saber la velocidad a la que circulaba el conductor del vehículo", agregan.
En el caso de Traspinedo, supieron que el conductor iba a máximo 40 km/hora. Y si hubieran movido el cuerpo de la víctima, también lo sabrían, como le pasó a Esther. Las pruebas indicarían que el cuerpo pudo ser desplazado, según apunta la Guardia Civil.