La titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 6 de Alzira (Valencia), que investiga el caso conocido como crimen de Alcàsser, ha ordenado el análisis de pelos y otras evidencias del caso a petición de una de las acusaciones populares recientemente personadas en la causa por el secuestro y asesinato de las tres niñas en noviembre de 1992. Según han confirmado a Efe fuentes judiciales, se ordena la remisión de esas evidencias al Instituto Nacional de Toxicología para que se busquen restos de ADN, al menos de Antonio Anglés, cuyo destino se desconoce. Son 50 pelos descartados en los estudios genéticos realizados en la década de los 90, antes del juicio contra Miguel Ricart.
Ahora, los biólogos realizarán las analíticas necesarias para extraer los perfiles de ADN de esos pelos, unas pruebas que permitirían llevar a juicio a Antonio Anglés, en el caso de que estuviera vivo, antes de 14 de diciembre de 2029, fecha en la que prescribe el crimen.
Ahora los biólogos realizarán las analíticas necesarias para extraer los perfiles de ADN de esos pelos, unas pruebas que permitirían llevar a juicio a Antonio Anglés, en el caso de que estuviera vivo, antes de 14 de diciembre de 2029, fecha en la que prescribe el crimen.
La Asociación 'Laxshmi para la Lucha contra el Crimen y la Prevención' solicitó nuevas investigaciones en el caso. 'Hasta la fecha de hoy no existen indicios forenses que vinculen a Anglés con el crimen y las ciencias forenses en la actualidad pudieran salvar este escoyo', afirma el perito judicial y presidente de Laxshmi, Félix Ríos, en un escrito remitido a la jueza.
Los cabellos encontrados en las niñas no correspondían a un mismo número de asesinos, según los peritos que declararon en 1997, y afirmaron que en los cuerpos pudo haber hasta una docena de pelos. La Guardia Civilrecogió estos cabellos y vellos en el interior de la fosa, dos colchones, dos guantes de apicultor y un jersey de una de las niñas asesinadas.
Según fuentes del Instituto Nacional de Toxicología, los pelos fueron descartados para el estudio genético en su momento tras realizar una selección en el laboratorio en función de su estado y las técnicas de extracción.
Asimismo, se ha ordenado a la Guardia Civil una nueva inspección ocular de los vehículos de Miguel Ricart, condenado por estos hechos, y Antonio Anglés, también implicado y desaparecido desde entonces, por parte del Equipo Central de Inspecciones Oculares (ECIO) de la Guardia Civil.
El secuestro y asesinato en noviembre de 1992 de Miriam, Toñi y Desirée, las tres vecinas de Alcàsser (Valencia) de entre 14 y 15 años violadas y torturadas hasta la muerte por el prófugo Antonio Anglés y su compinche Miguel Ricart -en libertad desde 2013-, mantuvo en vilo a España durante más de dos meses, hasta que aparecieron sus cadáveres.
Los cadáveres no fueron encontrados hasta enero de 1993. Al día siguiente, la Guardia Civil detuvo a Miguel Ricart, apodado ‘El Rubio’, en su casa. Sin embargo, no tuvieron la misma suerte con Anglés, un joven delincuente acostumbrado a huir de las autoridades que se libró, por los pelos, de ser cogido. A día de hoy, muchas son las teorías sobre su posible paradero. Algunos dicen que logró llegar a Dublín escondido como polizón en un barco irlandés, mientras que otros consideran que jamás llegó a salir de España o que, simplemente, está muerto.
Ricart, en cambio, no pudo eludir a la Guardia Civil y confesó su autoría en los crímenes al ser detenido. En 1997 fue condenado a 170 años de prisión por la Audiencia de Valencia, aunque solo cumplió 21 años de la pena porque en 2013 quedó en libertad tras la derogación de la Doctrina Parot.
Investigaciones posteriores han seguido la pista del posible paradero de Anglés, en caso de seguir vivo, o la confirmación de su muerte, que pudo haberse producido al arrojarse al mar desde un barco con rumbo a Dublín.