Más de 27 años después del triple crimen de las niñas de Alcàsser (Valencia), el informe de un laboratorio especializado arroja nuevos datos: los huesos hallados en junio de 2019 por una pareja en el lugar donde fueron enterradas las víctimas corresponden a los dedos de Miriam García. Los resultados ya se han enviado al Juzgado de Instrucción número 6 de Alzira, encargado del caso.
Los restos se han cotejado con dos de las familias (porque no constaba que faltase ninguna falange a la tercera víctima), según han confirmado fuentes judiciales a EFE. Las mismas han indicado que existe una alta probabilidad de que se traten de falanges de Miriam García, y así se ha comunicado a su padre, Fernando García, aunque por el momento no hay constancia de que ninguna de las partes personadas en la causa haya solicitado diligencia judicial alguna en relación con este último hallazgo.
Los huesos los encontraron una pareja el 24 de junio. Habían acudido a visitar el paraje de La Romana, donde fueron enterradas las niñas, cerca de la presa de Tous, a raíz del estreno de la serie 'El crimen de Alcàsser' para depositar unas flores y se toparon con los restos de unos huesos de pequeño tamaño.
Tras el hallazgo, los envolvieron y los llevaron al cuartel de la Guardia Civil de Oliva, desde donde fueron trasladados posteriormente a la comandancia de Valencia y a Madrid después para su análisis.
Después de tal noticia, la jueza de Alzira podría ordenar a la Guardia Civil que cribe otra vez la tierra de la fosa para recoger otros pequeños restos óseos que podrían hallarse en el recóndito paraje de Tous.
Las tres adolescentes - Miriam García Iborra, de 14 años, María Deseada Hernández Folch (Desirée), de la misma edad, y Antonia Gómez Rodríguez (Toñi), de 15 años- desaparecieron la noche del viernes 13 de noviembre de 1992, cuando se dirigían a una discoteca de la localidad de Picasent.
El 27 de enero de 1993, dos apicultores encontraron sus cadáveres semienterrados en una fosa en el barranco de la Romana. Fue entonces cuando se conocieron las vejaciones a las que fueron sometidas las tres menores.
El crimen fue atribuido a Antonio Anglés y Miguel Ricart. El primero considerado en paradero desconocido aún se encuentra en paradero desconocido; mientras que Miguel Ricart cumplió 21 años de prisión.