La Guardia Civil sigue la pista de Miguel Ángel Crespo, un preso fugado de la cárcel de Villahierro, en León, el pasado martes, y que al parecer en su huida habría llegado ya hasta su Asturias natal.
Todo comenzó cuando, mientras realizaba tareas de limpieza en una llamada ‘salida terapéutica’, encontró el momento perfecto para fugarse a pie. Más tarde, el jueves, agredió a un octogenario en León al que le robó las llaves de su coche, junto al propio vehículo, las llaves de casa, el dinero y el móvil, tal como informa León Noticias.
Fue entonces cuando comenzó plenamente su apresurada huida, la cual estaría emprendiendo acompañado de una mujer que sería su pareja.
Conduciendo el coche robado, las autoridades ya saben que se dirigió a Asturias, pues esta misma mañana han encontrado el vehículo en la zona del monte de Cabranes, donde las autoridades, sin éxito, han estado peinando la zona incluso con un helicóptero.
Según las primeras hipótesis, se cree que Crespo, ayudado por su novia, dejó el coche en Cabranes y se adentró con ella en el monte, llegando a pie hasta Villaviciosa, donde se hicieron con otro vehículo, sin que por ahora se sepa si también lo robaron o si alguien, colaborando, se lo facilitó. De momento, según informa El Comercio, no constaría ninguna denuncia relacionada con un robo similar, y tampoco se saben datos específicos del coche.
Las autoridades permanecen en alerta ante cualquier tipo de pista sobre su paradero, sabedores de que Crespo no es nuevo en esto de las fugas. Ya lo intentó antes, y le encontraron en una autocaravana en la zona de Rodiles, en Villaviciosa.
Más allá, que Crespo haya huido hacia su tierra natal tampoco es casualidad. Pasó su infancia en la localidad cabranesa de Arboleya y conoce muy bien la zona.
De hecho, en declaraciones a El Comercio los vecinos así lo atestiguan: “Lo acabarán encontrando, pero va a dar guerra. Sabe moverse por aquí”.