En plena quinta ola de coronavirus y con los jóvenes como los más infectados, muchos siguen de fiesta, noche tras noche, sin respetar ni el distanciamiento ni el resto de medidas preventivas del virus. Sobre todo en Barcelona, donde anoche hubo fiesta en la playa.
Mientras algunas comunidades toman nuevas restricciones muy duras, desde el punto de vista económico, como el cierre de bares y locales de ocio a media noche, los jóvenes viven la fiesta cada noche.
Ayer se repitieron las imágenes de botellones sin control en las playas de la Ciudad Condal. El arenal estaba abarrotado de gente. Muchos sin mascarillas y con abrazos y besos sin control.
Los jóvenes en Barcelona beben sin control cada noche y dejan la estampa de playas abarrotadas mientras la Generalitat ya ha aprobado el cierre de los bares y restaurantes a las 00.30 horas y advierte que el toque de queda está sobre la mesa.
“El posible confinamiento nocturno está encima de la mesa, lo estamos evaluando”, ha dicho este martes el president Pere Aragonés.
Pero no solo en Barcelona se repiten las fiestas y botellones en la calle. Esta noche también hemos visto a jóvenes bebiendo en Coruña, aunque de momento, el Gobierno gallego se resiste al toque de queda.
Las fiestas clandestinas en plena ciudad están a la orden del día en Sevilla, donde los vecinos, cansados de tanta juerga, piden respeto.
El turismo extranjero parece ser el más extendido. Ellos, los turistas, ven España como un lugar seguro. “Me siento más tranquila aquí que una discoteca de París”, admite una joven francesa.